GEMA MONTEAGUDO.- Como cada año con motivo del Día Internacional de la Enfermería, el Consejo Internacional de Enfermeras publica y difunde un documento de análisis y reflexión. Este año gira en torno al lema “Enfermeras: una voz para liderar, la salud es un derecho humano”. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia sanitaria y los servicios sociales necesarios”. Así mismo en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) se reconoce el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Entender la salud como un derecho humano genera para los Estados la obligación jurídica de asegurar a la población el acceso oportuno, aceptable y asequible a la atención de salud de calidad suficiente, y atender a los determinantes subyacentes de la salud, entre ellos el agua potable, el saneamiento, la alimentación, la vivienda, la información y la educación relacionada con la salud, y la igualdad de género.
Sin embargo, esto no ocurre así en todas partes del mundo. Continuamente este derecho está siendo vulnerado y a día de hoy hay millones de personas que fallecen por carecer de una asistencia sanitaria accesible y asequible. En numerosos lugares del mundo el acceso a la salud es algo muy costoso y buena parte de la población no puede hacer frente a los gastos que conlleva. La falta de infraestructuras o profesionales o su escasa cualificación agravan considerablemente la situación. Para intentar paliar este panorama, una de las metas que se plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible es lograr para 2030 una cobertura sanitaria universal.
Una voz para liderar
La enfermería, como profesión, debe posicionarse y tomar partido por mantener el enfoque del derecho a la salud en la atención sanitaria. Es fundamental utilizar dicho enfoque para crear las políticas públicas de salud de un país, posibilitando con ello que los gobiernos tengan que realizar una rendición de cuentas. El colectivo enfermero siempre ha adoptado una visión holística de la persona, centrando sus esfuerzos y trabajo en conseguir un completo bienestar de las mismas, acompañándolas, estando a su lado, y utilizando todas las herramientas de las que disponen. Con este enfoque se hace visible la necesidad de un sistema de salud equitativo, igualitario y no discriminatorio, incluyendo en él a los grupos más vulnerables. Debe ser respetuoso con las diferencias culturales, que aborde los determinantes de salud, con acceso a medicamentos esenciales, con un trato digno y de calidad a los pacientes, que cubra continuamente la prevención y cuidados que cada persona necesite.
Para ello, es importante que este sistema cuente con una profesión enfermera cada día más cualificada y que sea capaz de abordar de forma eficaz las dificultades de acceso a un sistema sanitario. Desde la visión enfermera hay mucho que aportar al derecho humano a la salud. Recordemos que este no es un elemento estático, es algo que evoluciona a la vez que se progresa en campos como la ciencia y tecnología, y es ahí donde a partir del razonamiento científico y las bases filosóficas que se tienen como profesión se debe contribuir.
Más cerca
Más que cualquier otro profesional de salud, la enfermería es quien más tiempo pasa con los pacientes y sus familias, y son los que conocen de primera mano las circunstancias y determinantes que influyen en su salud y bienestar. La experiencia de Enfermeras Para el Mundo constata esta realidad: la enfermería tiene un papel fundamental en la mejora de la situación de salud de las personas mas vulnerables.
Por todo ello, la profesión enfermera debe alzar la voz, hacerse escuchar y liderar los cambios que deben acometerse para garantizar el derecho a la salud, en cualquier país y en cualquier continente. Conseguir que el derecho humano a la salud deje de vulnerarse es una obligación de los gobiernos, pero a la vez es una responsabilidad de todos, como enfermeras/os y, sobre todo, como personas.