GEMA ROMERO.- Vive pegada al teléfono, que no para de sonar. Su labor pasa desapercibida para los pacientes, pero sin ella la gestión del día a día del hospital sería imposible. Es Inmaculada Muñoz y es supervisora de consultas externas en el hospital del Sureste, en Arganda del Rey (Madrid) desde que se inauguró el hospital hace ahora 10 años. “Me ocupo de organizar, planificar y distribuir al personal de consultas externas. Es una parte de la gestión que lleva mucho tiempo, porque tienes que tener en cuenta, para el desempeño de las funciones, las características, habilidades y destrezas de cada profesional. Tienes que ir valorando a cada uno de los distintos profesionales que componen el equipo de consultas externas y saber para qué es más apto”, señala a DiarioEnfermero.es.

A su cargo 67 personas, entre enfermeras y auxiliares para 97 consultas externas, que no funcionan de forma simultánea. Sin embargo, su trabajo va mucho más allá de organizar la planilla. Toda la gestión de recursos materiales, los pedidos de farmacia, la formación del personal, la gestión de las guardias o de los alumnos de prácticas también dependen de ella, en coordinación con la supervisora de formación.

“Nos encargamos del tema de los recursos materiales, tanto de gestión de compra directa, en algunos casos de forma puntual asociados a un paciente, lo que requiere informes para que se valide y se autorice dicha compra, luego están las compras de uso común, continuado. Todo eso requiere ficheros por distintas especialidades, buscar fichas técnicas, hacer un pacto mínimo, también con el material fungible habitual, y todo ello trasladarlo a la organización del almacén: foto de cada producto, código SAP, el pacto y la referencia para las reposiciones de material”. Un trabajo ingrato y que pasa muy desapercibido, “pero si no lo tienes bien hecho, las consultas no van a fluir tampoco”, subraya.

Inmaculada Muñoz, supervisora de consultas externas

Detectar las necesidades de formación que pueda tener el personal de enfermería también es una de sus labores primordiales. “Una vez detectadas las necesidades del personal y de la propia unidad hablamos con la supervisora de formación continuada para intentar plasmarlo en algún curso”. A este respecto han puesto en marcha una iniciativa para establecer sesiones de formación continuada entre los propios miembros de la unidad. “Es una formación que hacemos entre nosotros mismos, para trasladar a los compañeros lo que sabemos, la idea es unir lazos y compartir el conocimiento de cada uno de nosotros”, señala.

Lo más difícil

En su día a día Inma Muñoz tiene muy claro que los más difícil es el ser humano. “Complacer a todo el mundo, cuadrar las necesidades del personal, con las necesidades de la unidad es complejo y difícil. Yo nunca he tenido problemas a la hora de relacionarme, ni con los de arriba ni con los de abajo, porque siempre he tenido muy claro que soy un parachoques”. Al fin y al cabo, se encarga de transmitir los objetivos y la política del hospital al personal que depende de ella, y de trasladar a la dirección los conflictos o problemas que puedan surgir.

Para Muñoz, los estudios tanto en la Diplomatura como ahora en el Grado no preparan lo suficiente a una enfermera para ser supervisora. “Tienes que tener muchos conocimientos, tanto teóricos como prácticos, de técnicas, de comunicación, de gestión de conflictos, porque esto es el día a día, cuando no tienes el conflicto con un compañero lo puedes tener con un paciente”, subraya.

Conocimientos administrativos, en investigación, capacidad de negociación y de empatía, así como un gran compromiso con la profesión son otros rasgos de la supervisión que destaca Muñoz, y es que, a su juicio “la supervisión es importante dentro de la enfermería, pero teniendo en cuenta que no sólo es planificar, organizar, controlar, sino que es importante porque aprendes a valorar, a sentir, y sobre todo aprendes a motivar y a motivarte a ti misma”, sostiene. Todo ello con “el objetivo de satisfacer la atención al paciente y su familia prestando unos cuidados de calidad tanto en la fase de prevención, curación y rehabilitación”.