GEMA ROMERO.- Más de 650 enfermeras líderes de 165 países, entre ellos España han participado en la 9ª reunión de la tríada, que reúne a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y la Confederación Internacional de Matronas (ICM), en una reunión virtual para analizar la puesta en práctica en cada país de las Directrices Estratégicas mundiales para enfermeras y matronas de 2021 a 2025, adoptadas en la 74ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS, donde se ha puesto de manifiesto la grave escasez de enfermeras a nivel mundial.

La escasez de enfermeras es algo refrendado a nivel mundial por todos los informes, con la particularidad de que, en todos los casos, los datos son anteriores al COVID-19, por lo que existe una gran preocupación a nivel mundo sobre el impacto ha tenido la pandemia en la fuerza laboral enfermera y en la disponibilidad, presente y futura, de enfermeras y matronas.

Y es que empieza a documentarse el coste que ha supuesto la pandemia para enfermeras y matronas en todo el mundo en forma de agotamiento, enfermedad, abandono de la profesión o jubilación anticipada. Un coste que también se ha traducido en agresiones, abusos y violencia ejercida contra estas profesionales. Un cóctel perfecto que ha provocado unas tasas de enfermedad mental entre los trabajadores sanitarios que son verdaderamente alarmantes. En algunos contextos, según señalan desde la tríada, se ha producido un marcado aumento de la contratación y la migración internacionales.

Esta escasez de enfermeras durante la pandemia ha contribuido también a la interrupción de los servicios de salud esenciales, afectando a la capacidad de los países para avanzar hacia la cobertura sanitaria universal, algo que también ha retrasado la recuperación del COVID, así como la preparación y respuesta ante emergencias futuras.

Compromisos

Así, los participantes en la reunión se han comprometido a acelerar la implementación de las directrices estratégicas de enfermería, impulsar registros que permitan controlar y compartir datos sobre la fuerza laboral de enfermería, adoptar acciones que pongan fin a la violencia contra enfermeras y matronas, solicitar mayores inversiones en formación y empleo, así como en la protección de los sanitarios.

También sostienen la necesidad de realizar una gestión ética de la contratación internacional, de tal forma que los empleadores de los sectores público y privado consideren cómo priorizar el desarrollo de su propio personal sanitario.

Posición española

En la reunión participaron Pilar Fernández, vicepresidenta I del Consejo General de Enfermería y José Luis Cobos, vicepresidente III del CGE y miembro de la Ejecutiva del Consejo Internacional de Enfermeras. Como explicaba Cobos, en declaraciones a DiarioEnfermero.es, “las enfermeras y matronas constituyen más de mitad de la fuerza laboral sanitaria en todo el mundo y siguen siendo claramente insuficientes. Sólo en nuestro país, según los datos de nuestro informe de recursos humanos, necesitamos más de 120.000 de estas profesionales. Su labor es esencial para garantizar el acceso a los servicios sanitarios, fortalecer la atención a la población y avanzar hacia la cobertura universal de salud que, recordemos, todavía no existe en una gran cantidad de países”.

Como añadía Pilar Fernández, “el avance de cualquier sociedad requiere un sistema sanitario fuerte y eso exige apostar por las enfermeras, por su formación, capacitación y liderazgo. Algo que debe entenderse como una inversión y no como un gasto”, concluía.