REDACCIÓN.- La Unidad de Rastreo del COVID de La Rioja homenajeada por el Colegio de Enfermería de la provincia, después de que haya dejado de funcionar hace unos días, tras dos años de realizar su importante y alabada labor. La presidenta del Colegio, Elisa Elías, dio la bienvenida a las enfermeras y otras disciplinas que colaboraron con esta Unidad, recordando los aplausos que se repetían hace 2 años a las 20.00 horas, solicitando una repetición de los mismos “con orgullo por la labor realizada”, respondido los presentes con un emocionado aplauso.
La presidenta trasmitió su apoyo y cariño “a quienes habéis perdido a algún ser querido y a quienes habéis sufrido esta terrible enfermedad. También quiero que mis primeras palabras sean de agradecimiento: gracias a todos por vuestro esfuerzo y trabajo incesante para luchar contra la pandemia”, recordando la participación activa de esta Unidad “en la manera de cortar los contagios” o cuando todavía no existía la vacuna, ya que “erais los que hacíais de contrafuegos para tratan de enlentecer la carrera de este virus tan letal”, alabando la labor de este equipo “multidisciplinar formado por diferentes profesionales de lo más variado pero trabajando todos juntos para lograr el mismo fin, la salud de los riojanos, a veces incluso sin importar las horas de trabajo y las escasas retribuciones”, al tiempo de alabar el trabajo “de todos los militares que han hecho este gran esfuerzo”, al tiempo de pedirles disculpas, “si en algún momento se han malinterpretado mis palabras hacia vosotros” en el deseo de que las cosas se hicieran bien y por ello con el mejor de los cuidados para la sociedad.
Rememoró el premio de Promecal y los valores de los militares que han ayudado también a las enfermeras que han conocido lo que hay detrás de palabras como “honor, compañerismo, ejemplaridad, valor, sentido del deber y espíritu de sacrificio que nos han ayudado en esta lucha. Con vuestro ejemplo y profesionalidad hemos ido superando los baches. Estad convencidos de que con la suma de todos vuestros esfuerzos se llega al comienzo del fin, tan ansiado por todos”.
Agradecimiento
Seguidamente tomó la palabra la coordinadora de esta Unidad, Rocío Loma-Osorio que quiso agradecer al “Ilustre Colegio Oficial de Enfermeras de La Rioja, y a su Junta Directiva por invitarnos a la Unidad COVID a este homenaje”, dirigiéndose seguidamente a los rastreadores mostrando su orgullo e indicando que esta Unidad “ha mantenido los ratios más altos de trazabilidad de toda España, de la que han dependido las decisiones tomadas respecto a las medidas restrictivas de esta comunidad autónoma y por ende la salud de los riojanos”, añadiendo el agradecimiento de pertenecer a un equipo “en constante cambio, que como los barcos en la mar, se iba adaptando a protocolos, agendas, incidencias, remando todos y todas cuando hacía falta.
«He visto rastrear a directoras de enfermería y adjuntas y a capitanas y a tenientes cuando ha sido necesario”, sin obviar que en este tiempo han sido capaces de “sacrificar un fin de semana, tiempo de descanso o de disfrute de las familias y amigos… es algo memorable e inolvidable: un regalo”.
Por ello agradeció a “todos esos acompañantes de vida, que nos han apoyado en los desvelos, que nos han cubierto en casa y colocado el hombro al lado cuando necesitábamos esa mano”. Reconoció que la labor que han venido realizando no ha sido fácil, “son muchas horas de escuchar, de convencer, de aguantar, de hacer que las personas, en un momento de su vida, frenaran toda su actividad y colaboraran para que otros hicieran lo propio. Luchamos contra mareas, crecidas, bajadas, remolinos y algún que otro Kraken”.
En los siguientes minutos de su discurso, Rocío Loma-Osorio recordó las historias de vida que les contaban desde la otra parte del teléfono “cuando se perdía a un ser querido sin despedidas o cuando se cerraba un negocio o se malograba un contrato; cuando nacía un hijo y se le separaba de su padre; cuando se rompía una familia o una amistad al darnos información… ahí hemos estado al otro lado del teléfono, remando también, ayudando a soltar lastre, un día tras otro”. Destacó lo peor de este trabajo, “el super estrés del principio por manejarnos en un ámbito y medio desconocidos”, cuando no llegaban a llamar a todos en la sexta ola y de manera especial cuando “perdimos gente en el mar”, dando el dato de que 909 personas perecieron por y con COVID, 328 de ellos de residencias.
Capacidad del grupo
En el apartado de lo mejor, la coordinadora de esta Unidad destacó la interacción, la capacidad del grupo, el saber que tienes el apoyo necesario, las sonrisas y las risas, el buen ambiente generado por cada uno de vosotros “aun en los tiempos difíciles, porque no se llegó a pensar en nuestros ombligos, sino que se velaba por el de al lado: eso es generosidad en el trato, esa es la magia de la Unidad COVID”, para seguidamente recordar anécdotas vividas y que formarán parte de las experiencias de cada uno de ellos.
Rocío Loma-Osorio fijó su mirada en el futuro porque “la vida sigue en su camino y su aprendizaje, coged vuestra mochila, vaciarla de piedras y quedaros con lo útil, con lo que os llena el alma”, al tiempo de animarles a “seguir como hasta ahora, con esa actitud de 10, con esa capacidad de trabajo, de sacrificio por quien lo necesita, con esa sonrisa, haced cadenas fuertes, haced red…” porque todos y cada uno de ellos “seguimos remando, en otras naves, con otros navegantes, nos queda el recuerdo, el aprendizaje y la enorme satisfacción del trabajo bien hecho y la familia formada”, dándoles las gracias a todos, que reaccionaron con un continuado aplauso para la coordinadora.
Réplica de la escultura de las enfermeras
Como parte del homenaje a la Unidad de Rastreo del COVID-19 de La Rioja se hicieron entrega a los mandos -dos capitanes y un teniente coronel- del batallón de Maniobras de Helicópteros nº 3 de Agoncillo, en nombre de los diferentes militares de las Unidades de Navarra, País Vasco, Aragón, Castilla y León y Madrid, de una réplica de la escultura de las enfermeras junto a un diploma con el siguiente texto: “Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de La Rioja quiere reconocer y poner en valor el trabajo realizado por cada miembro de la Unidad COVID de La Rioja (Rastreo) durante estos dos años de pandemia de COVID-19 en un grupo multidisciplinar velando por la salud de todos los riojanos”, firmado por la presidenta y el secretario de este Colegio.
Detalles que también fueron entregados a Rocío Loma-Osorio, coordinadora de esta Unidad. Uno de los capitanes indicó que éramos la única Comunidad Autónoma en la que el ejército había salido de sus entornos y habían ido a un centro sanitario, en concreto al CIBIR, “lo que nos preocupaba y nos daba miedo de cómo podía resultar”. No obstante, la experiencia “ha sido maravillosa y estamos encantados de cómo todo el mundo nos había tratado y de cómo había ido todo”.
Antes de poner fin a este entrañable acto, el Colegio de Enfermería estableció contacto en directo con militares rastreadores a través de una videollamada -para la gran mayoría por sorpresa-, que en estos días se encuentran desarrollando otros trabajos en Mali.