ÁNGEL M. GREGORIS.- Vacunar, vacunar y vacunar. Este es el principal objetivo del casi medio centenar de profesionales del SUMMA 112 que gestionan diariamente el punto de vacunación masiva en el Wizink Center de Madrid. Ahora, mientras el turrón llena las mesas de los domicilios españoles, la parte lateral del antiguo Palacio de Deportes de la capital brinda un poquito de optimismo en un momento en el que los contagios de la sexta ola de la pandemia no dejan de crecer día tras día. La vacunación funciona y así se está viendo en los datos de hospitalizados, UCI y fallecidos en la actualidad. Por eso, centros como este no han parado ni durante las fiestas navideñas. Navidad, Año Nuevo y Reyes son días de apertura para continuar con la inmunización de la población porque, actualmente, la vacunación es el arma más potente que existe contra la enfermedad. Un gorrito de Papá Noel o unas orejas de reno ayudan a ubicarse en las fechas en las que estamos, pero dentro de esas cuatro paredes se respira alegría y optimismo todos los días. No hacen falta villancicos para saber que las enfermeras que gestionan el centro, las que preparan las vacunas, las que las administran y las que dan consejos a los ciudadanos, así como el resto de profesionales, imprescindibles en esta cadena, están haciendo historia. Ellos y ellas, además de todos los que siguen trabajando en centros de salud, sociosanitarios y hospitales para que la atención COVID y no COVID pueda continuar, son el verdadero ejemplo de superación en estas fechas.

“El montaje de este centro ha sido una labor muy importante para la enfermería. El SUMMA 112 se ha reinventado porque somos personal de emergencias y no era el trabajo al que estábamos acostumbrados. Creo que por parte de todos los profesionales ha habido una gran respuesta, vacunamos mucho, a diario, de día de noche, y podemos estar muy orgullosos del trabajo”, destaca Clara Sarrais, enfermera del SUMMA 112 y coordinadora del punto de vacunación del Wizink Center, de Madrid.

Dosis de refuerzo para los mayores de 40 años, pero también primeras y segundas dosis para los rezagados son la población diana que acude al wizink en estas semanas. “Esto es un problema a nivel global, no sirve de nada que nos vacunemos algunos si no lo hacen el resto. Todavía falta mucha gente por ponerse esas primeras dosis y tienen que venir. Ahora, como piden el pasaporte para viajar, están viniendo. Vemos que la gente que se vacuna ahora no lo hace por una problemática de salud, sino social, porque quieren salir al extranjero y no pueden. También hay otros que han tardado porque tenían miedo y querían ver cómo funcionaban las vacunas”, afirma Fátima Alba, enfermera del SUMMA 112, que lleva desde mayo en uno de los equipos formados para el Wizink.

En este sentido, Carmen Migueles, subdirectora de Enfermería de Urgencias SUMMA 112, pide un poquito de sensatez y hace un llamamiento a todos aquellos que todavía no han acudido a vacunarse. “Yo entiendo el miedo y la incertidumbre de una vacuna nueva, se oyen muchos bulos, pero en esto hay muchos científicos trabajando y se ha demostrado la eficacia de la vacuna. En la Comunidad de Madrid han disminuido los ingresos y los pacientes en UCI y estamos viendo que muchos de los que necesitan cuidados intensivos son pacientes no vacunados”, apunta Migueles.

Unas 4.000 vacunas preparan las enfermeras en una mesa al final del pasillo donde más de 20 puestos formados por un técnico y una enfermera administran las dosis sin parar. En estos momentos, las vacunas disponibles en el Wizink son Pfizer o Moderna, sin opción a elegir. La que toca ese día es la que se administra a la población diana. “Aquí en esta mesa reconstituimos las vacunas que se van a administrar; las sacamos de la nevera, donde han estado descongelándose previamente. Una vez que están reconstituidos, cargamos cada dosis de forma individual en su jeringa”, explica Cristina, una de las enfermeras que se encarga de preparar las vacunas.

Centros como este consiguen que la vacunación masiva sea posible y las enfermeras, una vez más, son la pieza clave en estos grandes vacunódromos, imprescindibles para lograr la ansiada inmunidad de grupo.