N.ARRAIZA / I.LAPARTE / I.CELAYA.- En el paciente crítico el abordaje vascular resulta fundamental, sin embargo, en ocasiones su obtención se vuelve tortuosa. La vía intraósea, se ha proclamado como la primera alternativa indicada tras un acceso venoso difícil, tras 3 intentos fallidos o duración estimada de canalización mayor a 90 segundos. Ofrecemos algunas de las claves de esta técnica extraídas del último artículo publicado en la revista Pulso del Colegio Oficial de Enfermería de Navarra.
1- ¿Qué es la vía intraósea (IO)? Se basa en la utilización de la cavidad medular de los huesos largos como canal de infusión. Debido a que está ocupada por una rica red de capilares sinusoides que drenan a un gran seno venoso central, que no se colapsa ni siquiera en situación de parada cardiorespiratoria, pasando los fármacos y líquidos a la circulación general con una rapidez similar a como lo harían por cualquier otra vena periférica por lo que se considera una vía segura y rápida pues conlleva un alto porcentaje de éxitos (80%‐ 94%).
2- Considerada de segunda elección en una emergencia tras la vía endovenosa. Cuando la vía venosa periférica se torna complicada, diversos organismos como el Consejo Europeo de Resucitación (European Resuscitacion Council, ERC) o la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA), recomiendan la vía intraósea como segunda alternativa de acceso vascular.
3- ¿Cuándo usarla? En términos generales, se puede destacar la utilización de la vía IO en los siguientes supuestos:
Aquellas situaciones en las que sea imposible la canalización de una vía periférica por colapso venoso.
Cuando la administración de fluidoterapia o farmacología no pueda demorarse en el tiempo.
Aquellos casos donde este comprometida la vida del paciente.
4- Tipos de dispositivos. Uno de los primeros dispositivos semiautomáticos comercializado fue el sistema F.A.S.T.®; especialmente diseñado para inserción sobre el manubrio del esternón. Gracias al avance tecnológico de los últimos años se han desarrollado dispositivos que alcanzan un acceso intraóseo de forma fácil y rápida. Todos los dispositivos están aprobados por la Food and Drug Administration (FDA). Existen tres métodos diferentes de colocación de agujas:
Dispositivos de colocación manual: Estos dispositivos están compuestos por: un asa que permite su estabilización, un trocar metálico que sirve de eje y un catéter que puede ser metálico o de poliuretano.
Dispositivos de colocación mediante disparo o impacto dirigido.
Dispositivos de colocación mediante taladro: El taladro se activa mediante un gatillo e inserta una aguja-broca estéril con un catéter de un solo uso.
5- ¿Dónde pinchar? En el caso de población infantil, menos de 6 años, se coloca en la línea media de la cara antero-interna tibial, concretamente 1-3 cm por debajo de la tuberosidad tibial. Se aconseja una penetración de la aguja próxima a 1 cm, con un ángulo de inserción de 90º. Otras alternativas son: fémur distal, tibia distal, cresta ilíaca y trocánter mayor, entre otros. En el adulto, también se puede utilizar el punto de colocación anterior, teniendo en cuenta que en este caso la penetración de la aguja será aproximadamente de 2 cm. Así mismo, se optará por la zona de punción de la tibia distal, en el maléolo tibial medial. Otras localizaciones alternativas son: cresta iliaca, esternón, fémur distal, cabeza humeral, etc.
Bibliografía:
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