EUROPA PRESS.- Expertos han lanzado, con el aval científico de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) y la colaboración de Novo Nordisk, el manual ‘Consultas frecuentes en coagulopatías’ para ayudar a profesionales sanitarios especializados en hematología, residentes y adjuntos en la toma de decisiones de los trastornos de la hemostasia.
Articulado en formato de preguntas-respuestas, a través de cinco bloques diferenciados, el libro incluye consultas relacionadas con las pruebas básicas de coagulación, con las coagulopatías (hemofilia adquirida, hemorragia crítica, patología plaquetaria y en situaciones especiales), la relación coagulopatías-embarazo, coagulopatías en pediatría y, por último, consultas relacionadas con la reversión de la anticoagulación.
«Se ha intentado abarcar todas las preguntas tanto de laboratorio como de manejo clínico que se pueden presentar en una situación de urgencia y en la que es fundamental un manejo adecuado desde un primer momento. El manual dedica una especial atención a los trastornos adquiridos de la coagulación, ya que como su incidencia es superior a la de las coagulopatías congénitas y, por tanto, son motivo más frecuente de interconsulta», ha comentado la jefa de sección de Hemostasia del Hospital Universitario La Paz y coordinadora de la obra, Mª Teresa Álvarez Román.
Todos los temas han sido seleccionados por su frecuencia y complejidad, y para su desarrollo se ha contado con autores con experiencia en el manejo de estas situaciones y con una «gran actividad» asistencial para que puedan plasmar las cuestiones que más frecuentemente les realizan.
Y es que, la incidencia de la hemofilia adquirida se estima en 1,5 casos/millón de habitantes/año. La distribución por edades presenta un patrón de dos fases, con un pico de incidencia en personas entre los 20 y 30 años que corresponde básicamente a mujeres que desarrollan esta patología en el posparto.
El segundo pico se sitúa entre los 68 y 80 años y engloba a la mayoría de los pacientes con hemofilia adquirida (HA) sin diferencia de sexos. Además, la mitad de los casos de HA se clasifican como idiopáticos o espontáneos. En la otra mitad, esta coagulopatía se desarrolla en el marco de enfermedades autoinmunes, neoplasias y posparto fundamentalmente.
COAGULOPATÍAS Y EMBARAZO
Por otra parte, los expertos señalan en el documento que durante el embarazo se producen importantes cambios en la hemostasia que condicionan un estado de hipercoagulabilidad. Los tiempos de coagulación en la mujer gestante están acortados.
De hecho, la trombocitopenia (recuento bajo de plaquetas) es, después de la anemia, la alteración hematológica más frecuente que se detecta durante el embarazo. Ocurre entre un 4,4 y un 11,6 por ciento de las gestantes y representa el 75 por ciento de las trombocitopenias del embarazo.
La trombocitopenia gestacional no precisa tratamiento ni se asocia a complicaciones hemorrágicas. En cuanto al asesoramiento a las mujeres con coagulopatías congénitas, los expertos han destacado la importancia de tener en cuenta el riesgo hemorrágico, otras complicaciones del embarazo inherentes al déficit de factor y la posibilidad de que el feto herede la coagulopatía.
Por otro lado, el riesgo de la hemorragia cerebral en un recién nacido con hemofilia es mayor que en la población general. El cribado mediante una prueba de neuroimagen no se recomienda de manera universal, pero sí ante factores de riesgo, tal y como se refleja en el manual.
Del mismo modo, tampoco se debe realizar una prueba de imagen a todos los niños hemofílicos que consulten por un traumatismo craneoencefálico. Asimismo, se debe limitar a aquellos pacientes que presenten clínica neurológica u otros factores de riesgo.
De acuerdo con la Federación Mundial de Hemofilia, el tratamiento óptimo de un niño con hemofilia A o B consiste en la administración de profilaxis continuada en un momento precoz de la vida. Su objetivo es evitar la aparición de artropatía hemofílica.
Así, aquellos niños que iniciaron la profilaxis antes de los 2 años de vida tuvieron una mayor proporción de articulaciones sanas al compararse con niños que comenzaron la profilaxis entre los 3-5 años y 6-9 años de edad.
COAGULOPATÍAS Y COVID-19
Ahora bien, tal y como han explicado los expertos, el abordaje de las coagulopatías congénitas se ha visto modificado por la epidemia de COVID-19 Así, se están aplicando protocolos para minimizar el riesgo de contagio por el nuevo coronavirus en dichos pacientes.
Se está utilizando telemedicina para reducir al mínimo el número de consultas presenciales y detectar si el paciente tiene COVID-19. De ser así, el manejo del Covid/coagulopatía debe ser realizado por profesionales expertos.
«Además, los programas de telemedicina permiten evaluar si ha cambiado el fenotipo hemorrágico del paciente o el estado articular en la situación de confinamiento, así como evaluar cómo está siendo su adherencia al tratamiento y si los cambios sociales, culturales y laborales están influyendo en el curso de su enfermedad», ha comentado la coordinadora de la obra.
El riesgo de contraer la infección por COVID-19 no parece ser mayor en pacientes con coagulopatías congénitas y la evolución no es más grave, pero en caso de producirse, es esencial que el paciente sea manejado en contacto estrecho con un profesional experto en coagulopatías.
Si bien, el profesional sanitario se enfrenta, ante esta nueva situación, a algunas dudas. «En concreto, la valoración del riesgo trombótico/hemorrágico de un paciente diagnosticado de coagulopatía congénita y COVID-19 es complejo, así como la decisión de si debe ser anticoagulado con heparinas de bajo peso molecular (HBPM)», ha zanjado Álvarez Román.