REDACCIÓN.- Un total de 426.053 personas fallecieron en España en 2018, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Vivimos más que nunca, pero solemos olvidar que una parte importante de la vida es el proceso de morir. Es un tema difícil de hablar y de afrontar, que suele estar rodeado de tabúes y miedos, y nos suele sorprender poco informados. Además, actualmente la mayoría de las personas fallecen en un hospital, atendidas médicamente, pero en muchos casos con escasa consideración a sus necesidades emocionales, sociales y espirituales y a las de sus seres queridos en un momento de gran vulnerabilidad. Los cuidados paliativos que promueven un cuidado integral de las personas en este proceso son aún, por su escasa implantación, el privilegio de unos pocos. Y sigue habiendo mucho sufrimiento innecesario en este entorno.
Para ayudar a los pacientes, las familias y la sociedad a cambiar esa situación, derribar tabúes, humanizar y normalizar el proceso de morir, la Fundación Vivo Sano ha puesto en marcha la iniciativa Al final de la vida. Con el lema “El buen morir es cosa de todos”, Al final de la vida busca impulsar un cambio cultural en torno al proceso de morir, facilitando información y conocimiento práctico, así como promover un debate abierto sobre este asunto, con el fin de ayudar a las personas al final de la vida y a sus familiares a abordar de la forma más adecuada el proceso de fallecimiento y duelo.
Desde la página web alfinaldelavida.org se ofrecen distintos contenidos dirigidos al público general, con claves para entender y atender el proceso terminal y con información sobre cómo cuidar y acompañar a un ser querido cuando está partiendo. La web también tiene una videoteca con valioso material sobre diversos aspectos del proceso de morir y el duelo, elaborados por expertos en distintas áreas. El objetivo es «tejer una red que integre, apoye y dé cobertura a las necesidades de las personas y las familias. Es necesario desmitificar la muerte, normalizarla y que todos podamos hablar con naturalidad de lo que nos preocupa», expone Paola Rivera, psicóloga sanitaria experta en psicooncología y cuidados paliativos.