D.R. -. El consumo elevado de una combinación de refrescos, bebidas azucaradas de frutas y agua se relaciona con mayores posibilidades de sufrir enfermedad renal, según muestra una investigación norteamericana -con adultos afroamericanos- y que se publica en el último número de la revista de la Sociedad Americana de Nefrología.
En una nueva evidencia de las consecuencias negativas para el organismo de abusar de las bebidas azucaradas, los investigadores evaluaron durante años a más de 3000 hombres y mujeres a los que siguieron durante una década y rellenaron cuestionarios sobre sus patrones de consumo de bebidas. De los 3003 participantes en el estudios, un seis por ciento -185 personas- desarrolló una enfermedad renal crónica. Después de descartar la influencia de otros factores asociados, los investigadores concluyeron que la ingestión de cantidades elevadas de refrescos, bebidas de frutas con azúcar y agua implica un 61 por ciento más de riesgo de sufrir daños en el riñón respecto a los que tenían el consumo más bajo de esta combinación de bebidas. De hecho, los investigadores han mostrado su sorpresa de que una bebida esencia e inocua como el agua forme parte de ese cóctel lesivo para el riñón y sostienen la hipótesis de que los sujetos del estudio han incluido como “agua” una gran variedad de tipos de agua de sabores o de alguna forma edulcorada.
La investigación va acompañada en la revista científica con un comentario editorial de David Shoham, de la Universidad Loyola de Chicago en que recalca que “mientras que algunas ciudades de Estados Unidos están reduciendo con éxito el consumo de bebidas azucaradas mediante los impuestos, otras se siguen resistiendo a establecer políticas de salud pública con este mismo objetivo”.
“Esta resistencia cultural -añade Shoham- puede compararse con la resistencia a luchar contra el tabaco en los años sesenta, que era visto como una elección social más que un problema médico o de salud pública”.