REDACCIÓN.- El Consejo de Colegios de Enfermeras y Enfermeros de Cataluña y los colegios oficiales de enfermeras y enfermeros de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona han manifestado su malestar por la aprobación de una nueva calificación profesional (de nivel 3) que certifica la titulación de »Supervisión de la atención sociosanitaria a la persona usuaria’.

Inscrita en la familia profesional de ‘Servicios Socioculturales y a la Comunidad’, tal como especifica el Real Decreto 46/2022 de 18 de enero, enmarca su actividad profesional en el área de servicios sociales de atención especializada, dedicada a la atención de necesidades sociosanitarias a personas mayores, con discapacidad o con enfermedades generadoras de dependencia en instituciones sociales, en entidades de naturaleza pública o privada, en empresas de tamaño grande, mediano, pequeño, o microempresas, tanto por cuenta propia como ajena, con independencia de su forma jurídica u organizaciones con o sin fines de lucro. “Un ámbito de actuación instalado en los entornos institucionalizados y para los cuales, desde hace mucho tiempo, las enfermeras y enfermeros catalanes reclamamos un nuevo modelo que integre la atención social y sanitaria. Una demanda que, además, se vio agravada por la alarmante situación vivida en las residencias de personas mayores durante los primeros meses de la pandemia, cuando se puso de manifiesto la precariedad de las plantillas y de los recursos de atención sanitaria a las personas residentes”, afirman las enfermeras catalanas.

En este sentido, denuncian que nuevas titulaciones como esta sólo persiguen abaratar costes a corto y medio plazo, con soluciones que a la larga se convertirán en un grave problema para nuestra sociedad. Un abaratamiento, también falso, pues no tiene en cuenta el ‘coste de oportunidad’ que marca la rentabilidad de la inversión frente al riesgo existente.

Tal y como resaltan, “mientras el proyecto de ‘Ley de seguridad del paciente’ permanece bloqueado en enésima prórroga en el Congreso de los Diputados que, entre otros aspectos, contempla la inversión en enfermeras como una medida demostrada de bienestar y supervivencia de la población; el Ministerio de Educación y Formación Profesional sigue apostando por la creación de nuevas titulaciones, todas ellas con un alto grado de injerencia profesional en la ciencia de la Enfermería; mientras el Ministerio de Sanidad elude el reconocimiento y/o desarrollo de las especialidades enfermeras”.