REDACCIÓN-. En el día de las personas supervivientes de cáncer, las enfermeras del Grupo de Supervivientes de la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO) reclama establecer un modelo de atención a la supervivencia de cáncer, donde la enfermera oncológica esté presente, que vaya más allá de la efectividad de los tratamientos, donde se recoja la coordinación de los cuidados y necesidades de los supervivientes de cáncer, tanto en el ámbito de la salud física y emocional, como en el ámbito social, y dotar dicha atención de recursos humanos especializados adecuados para llevarlo adelante. Así lo refleja esta sociedad científica en un manifiesto en el que aseguran que “estamos en un momento en el que es necesario invertir en supervivencia de cáncer e impulsar una estrategia integral, multidisciplinar, coordinada entre niveles asistenciales y con las asociaciones de pacientes, con un enfoque centrado en el bienestar y calidad de vida del superviviente, que ayude a responder a las necesidades reales de atención y cuidado de estas personas”.

La SEEO recuerda que, en la actualidad, la incidencia de esta enfermedad sigue aumentando debido al incremento de la población y su envejecimiento. Pero también es importante conocer que, debido al avance en las pruebas diagnósticas, así como al desarrollo de nuevos tratamientos, cada vez son más las personas que logran sobrevivir y superarlo. Los últimos datos ofrecidos por la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (International Agency for Research on Cancer) y la Organización Mundial de la Salud en marzo de 2021, apuntan a una prevalencia a los cinco años de 858.220 casos en España. En nuestro país, se estima que existen alrededor de 1.500.000 supervivientes de cáncer.

Pero las enfermeras oncológicas creen que hasta el momento “se ha puesto el énfasis en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, relegando a un segundo lugar la atención a las personas supervivientes de cáncer. Sin embargo, en los últimos años muchos estudios han ahondado en la vivencia y necesidades de estas personas, desvelando que, si bien podemos pensar que las dificultades cesan con el fin de los tratamientos, nada más lejos de la realidad. Las personas que sobreviven al cáncer tienen que enfrentarse a una nueva normalidad llena de incertidumbres donde les preocupa si los cambios y efectos secundarios de los tratamientos oncológicos recibidos serán permanentes y necesitan recibir soporte para hacer frente a las diferentes secuelas físicas como el cansancio, alteraciones digestivas, dificultades en la concentración y memoria, cambios en la imagen corporal y en la esfera sexual, entre otras”.

Así, necesitan superar el cambio en el autoconcepto y se preguntan si podrán volver a realizar la vida que acostumbraban, si podrán volver a trabajar, si dispondrán de la ayuda necesaria cuando lo necesiten, a lo que se le suma el miedo a la recidiva, el malestar emocional y a veces el aislamiento social. Las personas y sus familias tienen que plantar cara a una realidad en ocasiones muy diferente a su vida antes del cáncer. Necesitan redefinir el significado de la vida y replantearse sus prioridades. Si bien la vivencia puede ser muy diferente de una persona a otra, todos coinciden en la necesidad de mayor seguimiento, no solo dirigido a la detección temprana de posibles recidivas, sino orientado a ayudarles a vivir con la mayor calidad de vida esta nueva etapa, para lo que es necesario mejorar la atención a través de la implementación de Planes de Cuidados al Superviviente.