RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Se sienten abandonados y aseguran estar muy desmotivados. La realidad del día a día de las enfermeras y enfermeros de prisiones en centros penitenciarios, de su trabajo directo con los reclusos, no se ve reflejado en sus nóminas como correspondería. Una situación que vienen denunciando desde hace años y dicen no aguantar más. Este colectivo profesional no depende del Ministerio de Sanidad sino de Interior, organismo del que por toda respuesta han obtenido “silencio administrativo”, explican a Diario Enfermero desde la Asociación Nacional de Enfermería de Instituciones Penitenciarias (ANEP).

Complemento específico

Así las cosas, explica el presidente de ANEP, Eusebio Espuela, han decidido acudir a los tribunales. Ayer, en una asamblea general celebrada con sus miembros, unos 400 de los 500 enfermeros de prisiones que se calcula hay en España, se acordó optar por esta vía para reclamar lo que consideran les pertenece.

El caballo de batalla radica en el complemento específico que reciben estos profesionales, muy por debajo del que perciben otros funcionarios de instituciones penitenciarias. Y aunque no quieren entrar en comparaciones, reconocen que la suya es una profesión mucho más expuesta que otras, basta pararse a pensar en su cercanía con la población reclusa y la evidente peligrosidad que esto puede conllevar en determinadas situaciones.

Lo mismo pasa con la hora de las guardias, a 13,08 euros si son guardias que exigen presencia física; menos de la mitad, 6,01 euros, si son localizadas. Unas retribuciones que, denuncian, “no se ajustan al trabajo que desempeñamos y el entorno en el que lo hacemos”.

Recorrido

En 2019 se creó la ANEP con el objetivo de conseguir un mayor reconocimiento de la profesión. Ese mismo año, un grupo de enfermeras y enfermeros de prisiones se había reunido con el Consejo General de Enfermería para definir sus competencias. Estas serían publicadas en el BOE en enero de 2020.

Parecía en ese momento que el colectivo empezaba por fin a arrancar, pero la llegada de la pandemia, lamenta el presidente de la ANEP, “lo paralizó todo”.

En 2023 intentaron de nuevo hacerse oír y consiguieron reunirse con el secretario general de Instituciones Penitenciarias. Un encuentro al que acudieron con el respaldo, una vez más, del Consejo General de Enfermería. Sin embargo, tras la foto de rigor y las buenas palabras, el tema parece estancado. De ahí de la decisión de poner una demanda para intentar conseguir por la vía judicial lo que no consiguen con la del diálogo.

Recuperar la motivación

“La Sanidad penitenciaria está enferma y los enfermeros de prisiones estamos totalmente desmotivados. No nos valoran y el sentimiento que tenemos es de abandono”, concluye Eusebio Espuela. Y es que, desde la Asociación, lo tienen claro: “para recuperar la motivación, no bastan solo las buenas palabras, tiene que reflejarse también en la nómina”.