GEMA ROMERO.- En agosto de este año el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia fue el designado por la Consejería de Sanidad para atender posibles casos de ébola. En concreto, la planta séptima derecha correspondiente a Neumología y Cirugía Torácica, pues cuenta con 4 habitaciones de presión negativa que normalmente se emplean para casos de tuberculosis o aislamientos de contacto, aunque para ello hay que recorrer medio hospital. Desde entonces, la improvisación, la falta de información y de formación han presidido el día a día de las enfermeras de la planta que, tras la designación, tuvieron que formarse de manera autodidacta con trajes inadecuados que se rompían al menor esfuerzo. El último paso de la dirección del hospital han sido las amenazas, más o menos veladas, de cambiarlas de puesto para acabar con sus protestas. Así lo han denunciado en declaraciones a Diario Enfermero.
Las enfermeras de la séptima derecha, totalmente desamparadas, ya no saben qué hacer. Desde el primer momento que designaron a su hospital como centro de referencia en Murcia para posibles casos de ébola no se han cansado de exponer las deficiencias que tenían en material, medios y formación para poder atender un caso de este tipo. “En los primeros días un médico de infecciosas nos dio una charla de 15-20 minutos sobre qué es el ébola. La dirección de enfermería nos hizo llegar el protocolo de actuación, pero en vista de que no había más formación empezamos a buscar por Internet cómo debíamos ponernos los trajes que teníamos, que eran claramente deficientes”. Así nos lo cuenta Maribel Martínez, una de las enfermeras de la planta, que en todo momento denuncia la improvisación con la que se está haciendo todo en este tema. “Conforme más cosas veíamos en Internet más nos asustábamos –relata Martínez– y mientras, en el hospital nos tildaban de exageradas, que todo eran películas nuestras, que el ébola no iba a venir a Murcia”.
Un caso sospechoso
Pero el ébola sí llegó a Murcia y al hospital Virgen de la Arrixaca en forma de caso sospechoso, aunque después se confirmó que era negativo. Un niño de 13 años ingresaba en el hospital el pasado 11 de septiembre con “alguno de los síntomas que establece el protocolo”, y que había viajado de Lagos (Nigeria) con sus padres. Tal y como estaba establecido, el niño fue trasladado a una de las habitaciones de aislamiento de neumología. Como cuenta Maribel, “lo trasladaron en un camilla normal, en el ascensor, hasta el extremo de la planta, pasando por todos los pasillos. A los enfermos de la séptima derecha los evacuaron una vez el menor estuvo en aislamiento”. La enfermera del turno de tarde que tuvo que atenderle lo hizo con un traje que se rompía a la menor presión, no era impermeable, y las gafas se empañaban pues no eran antivaho. (Ver las imágenes que se incluyen).
En todo momento las enfermeras denunciaron al supervisor y a la dirección de enfermería las pésimas condiciones y sobre todo la falta de información y preparación. De hecho, hasta el 14 de octubre, al margen de algunas charlas, la única formación para ponerse el traje la realizó un supervisor de urgencias que, con mucha voluntad y aprendiendo por su cuenta, les explicó cómo se ponía y quitaba. Como comenta Maribel Martínez “hemos practicado en la planta, mirándonos unas a otras cómo nos poníamos y quitábamos el traje, pero sin nadie que nos supervise”. “De hecho -afirma Martínez-, hemos hecho prácticas con dos de los trajes que teníamos disponibles y hemos anotado en el libro de incidencias de cada turno los problemas que hemos ido teniendo con el traje hasta que empezó la formación hace un par de semanas”.
Escrito a la consejería y al hospital
Ante la situación de estrés y ansiedad que vivían las enfermeras y la falta de respuesta por parte de la dirección, el equipo de enfermería de la séptima derecha remitió el pasado 14 de octubre una carta al consejero de Sanidad de Murcia, al director gerente del Servicio Murciano de Salud, al director gerente del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca y al director de enfermería. Cuatro copias de una misma carta en la que pretenden dejar constancia escrita de que el “personal de la 7ª derecha no puede asumir la responsabilidad de atender estos pacientes sin riesgo de propagar el virus, ya que carecemos de la preparación necesaria para ello. La «formación” que hemos recibido (algunos de nosotros), se ha limitado a ver una demostración práctica sobre la colocación y retirada de los EPI’s, (en la cual se incurrían en errores imperdonables que hubieran causado un contagio seguro), y por tanto, insuficiente para ser capaces de realizar esta actividad de una forma responsable y sin poner en riesgo nuestra seguridad y la de los demás”. El escrito iba firmado por todas las enfermeras y auxiliares de la planta.
Tras la misiva, a los pocos días, se empezó a ver movimiento. Entradas y salidas de personal que no trabaja en la unidad, pero sin ningún tipo de información al respecto. El 14 de octubre empezaron con la formación obligatoria para todos los de la planta hasta que hubiese personal voluntario debidamente formado. Sus quejas también empezaron a salir en algún medio de comunicación y, tras los desmentidos, la respuesta de la dirección fue “las amenazas, más o menos veladas, para que nos callásemos. No directamente, pero avisándonos de que podían cambiarnos de puesto y trasladarnos, con el apoyo legal, hasta a 6 kilómetros de distancia”.
Para Maribel Martínez “todo son suposiciones. No sabemos qué va a pasar o si hoy cuando vaya a trabajar voy a estar en mi planta o no. Nos han reducido los pacientes, ahora tenemos a 11 de cirugía torácica, bastante graves. Han cerrado camas. Han empezado a hacer obras y han parado los cursos de formación porque se supone que van a contratar a gente de la bolsa y es a esos a los que van a formar para el ébola, pues los voluntarios que hay en el hospital no son suficientes”.
Para la dirección del hospital “somos una exageradas, porque el ébola no va a venir a Murcia, pero el estrés, la ansiedad y la incertidumbre con los que vivimos son permanentes. Nos habían convocado a una reunión para el lunes 27, que ahora han cambiado al miércoles 29. No sabemos muy bien para qué. Suponemos que van a trasladarnos, pues con menos pacientes necesitan menos personal, pero no sabemos ni en qué condiciones y a dónde o por cuánto tiempo. Parece que lo que quieren es hacernos la vida imposible”, finaliza Martínez.
Escrito presentado por el personal de enfermería a la gerencia del hospital
Un Comentario
RakeLa
Una auténtica pena que enfermer@s tan necesarios se vean sometidos a estas situaciones de stress. Mi padre salió hace unos días precisamente de la séptima planta-derecha, siempre estaré agradecida del trato de ese personal que debería estar mucho más cuidado y protegido, aunque «sólo sea» por lo mucho que los necesitamos. Un abrazo a Laura, Toñi, Daniel, Maite y otros tantos cuyos nombres no sé pero conozco bien sus valiosos movimientos.