DAVD RUIPÉREZ.- La precariedad laboral en enfermería es un concepto incompatible con la conciliación familiar ni la más elemental organización de la vida personal. Las enfermeras gallegas alzan hoy su voz como todos los días 12 de cada mes para reivindicar unas condiciones laborales dignas. En cada ocasión la protesta, en todos los hospitales y centros de salud de la región, se centra en un aspecto concreto de las complicadas condiciones de trabajo del personal eventual. Dentro de su campaña de acciones “12 meses, 12 luchas. Cuida a quien te cuida!”, Enfermeiras Eventuais en Loita (Enfermeras enventuales en lucha) reivindica hoy el derecho a la conciliación familiar, una autentica utopía para quien empalma contratos “basura”, le cambian planillas por sorpresa y vive en la más absoluta incertidumbre laboral.

Nuria González, de Enfermeitas Eventuais en Loita de Orense, explica a Diario Enfermero que “la conciliación es imposible cuando empalmas contratos de un día o un mes durante años. La sociedad no es consciente de cómo te complica la vida el hecho de que si te llaman, imaginemos, a las 10 de la mañana de un día y te ofrecen un contrato del SERGAS para esa misma tarde tienes que aceptarlo sí o sí. Y da igual si es a 50 kilómetros de donde vives. Imaginemos que tu hijo está enfermo, pero no lo puedes justificar, y se trata de una de nuestras máximas aspiraciones, una baja de maternidad, pues si rechazas el contrato te expones a una sanción de hasta un año en el fondo de la lista. Es sólo un ejemplo y hablamos de hijos como de personas mayores o cualquier familiar que esté a tu cargo, ¿Qué haces, lo dejas solo para ir a trabajar esa tarde? No resulta sencillo encontrar dónde dejar a los hijos ahora en verano u organizarse con turnos que no conoces con antelación o que te pueden cambiar a última hora. No existen guarderías de 24 horas para los hijos de las enfermeras”.

González expone que las enfermeras están obligadas a depender de otra persona, a la que llamar de improviso, los 365 días del año para que se quede con los niños y que si se rechazan los contratos y se produce una suspensión de llamamientos, además de no cobrar y no cotizar, tampoco se registra tiempo trabajado de cara a una OPE que suponga por fin una oportunidad de estabilizar el régimen laboral.

Afecta a la maternidad y a los pacientes 
“El 90 por ciento de los afectados por la precariedad del trabajo enfermero son mujeres con una media de edad de 32 años -prosigue González-, en plena edad gestacional. Si estabilidad no puede haber fecundidad”.

Desde Enfermeitas Eventuais en Loita están convencidas de que esta precariedad laboral extrema, con enfermeras sin posibilidad de organizarse en el plano personal o sin saber con quién dejarán a sus hijos mañana desembocan en un cuadro de estrés y preocupaciones que acaban perjudicando al paciente y al sistema sanitario en general.

Algunas de las imágenes de las protestas de hoy en distintos puntos de Galicia: