LUCÍA VALENCIA.- El 10 de marzo de 2020 la OMS declaró el brote de coronavirus como una pandemia. El mensaje estaba claro: todos jugamos un papel esencial en la prevención y propagación del virus. En este contexto, la contribución de las enfermeras malagueñas ha sido vital en la lucha contra el COVID-19, brindando atención, cuidados e innovación, siempre bajo el objetivo de mejorar la salud de la población.

El Colegio de Enfermería de Málaga ha querido entrevistar a Cecilio Linares, coordinador del SUAP del Distrito Málaga – Guadalhorce para profundizar en el rol que nuestras profesionales de enfermería han jugado en primera línea desde que estalló la pandemia del COVID-19.

Cecilio es un apasionado de su profesión que viene ejerciendo su cargo actual como coordinador desde 2005. El año pasado, en plena crisis sanitaria, recibió la llamada de su gerente para asumir la labor de organización y coordinación de toma de muestras de PCR en su distrito.

Detección y prevención
Junto a su equipo de profesionales, no dudaron ni un sólo segundo. Desde su distrito decidieron plantar cara al virus y dar un paso adelante, luchando contra lo desconocido en aquel entonces. «El día 1 de marzo comenzamos a realizar las PCR en nuestro servicio. Rápidamente, viendo que la pandemia cogía una dimensión cercana al desbordamiento, tuvimos que buscar una opción más innovadora» explica el profesional.

De esta forma, las enfermeras arrancaron los ya popularmente conocidos centros de Autocovid. «Decidimos cubrir esta necesidad a base de personal de enfermería, nuevas contrataciones y jornadas complementarias. Sin embargo, ante la explosión de contagios nos dimos cuenta de que el servicio no cubría las necesidades de la población. Fue entonces cuando decidimos colocar los puntos fijos de la Roca y el Cónsul para la toma de muestras» añade.

Ya en el mes de julio del pasado año, desde el propio Distrito se encargaron de formar al personal de enfermería de los Centros de Salud para contar, de forma colaborativa, con una cobertura adicional desde Atención Primaria. «Con el tiempo y el descenso de los contagios fuimos optimizando recursos para ser eficientes. Enfermería ha trabajado siempre adaptándose a las circunstancias de cada etapa».

Campaña de vacunación masiva
El 27 de diciembre de 2020 Cecilio y su equipo acudieron a la residencia de la Junta de Andalucía en la barriada de El Palo para administrar la primera vacuna contra el COVID-19 en la provincia de Málaga. «Fue una experiencia bonita que se convirtió en el preludio de lo que hemos vivido más tarde. Las enfermeras estamos liderando una campaña de vacunación masiva sin precedentes. En todos mis años de experiencia no he vivido algo parecido» relata Linares.

A principios de año, desde Gerencia comienzan a valorar la inmunización de los grupos prioritarios. Y es entonces cuando entra en juego el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga (FYCMA). «Vimos que tenía una ubicación única, aparte de unas instalaciones excelentes para acoger a la población, así que decidimos montar seis líneas de vacunación para el profesorado».
A día de hoy, las enfermeras continúan avanzando en el plan de inmunización. En concreto, cerca de 500 profesionales se dejan la piel en el FYCMA para administrar cerca de 2.000 dosis diarias. «Aquí han participado enfermeras y enfermeros con una variabilidad de atención primaria, especializada, servicio de urgencias, jubilados e incluso estudiantes de último curso. Todos ellos han sido líderes de respuesta demostrando profesionalidad y entrega absoluta; aportando su conocimiento, experiencia y competencia».

En este sentido, las enfermeras también han asumido un rol esencial fomentando la tranquilidad y confianza del usuario en la vacuna. «Las enfermeras han afrontado junto con los usuarios ese temor y lo han derrumbado. Han sido facilitadoras, consejeras, asesoras y compañeras, jugando un papel vital en la campaña de vacunación masiva más allá de la administración de la dosis».

Las enfermeras malagueñas, ejemplo de dedicación
En palabras del propio coordinador, «el personal sanitario ha sido excepcional y soberbio. Las enfermeras han vivido la pandemia en primera línea ofreciendo el mil por ciento de su capacidad de respuesta. Sin lugar a dudas, creo que enfermería ha estado observando siempre una visión integral del usuario».

Además, tal y como recuerda Cecilio, las enfermeras no han dejado a un lado sus funciones y competencias. «Nos hemos adaptado a las circunstancias para dar respuesta a las nuevas necesidades de la pandemia, pero nuestro trabajo habitual lo hemos seguido realizando. En atención primaria, en servicios a domicilio, en cuidados intensivos, en hospitalización… nosotros hemos estado ahí», ratifica.

Por último, cuando le preguntamos por la enseñanza que se ha llevado de la etapa más álgida de la pandemia, Linares lo tiene claro. «Me siento afortunado del grupo humano del que he sido partícipe en esta pandemia, tanto en la primera fase de PCR como en esta segunda fase de vacunación. Me llevo la solidaridad y compañerismo del personal. El ambiente de trabajo y equipo ha sido ejemplar; sanitarios, el personal de FYCMA, asesores técnicos, voluntarios, protección civil, seguridad… todos remando siempre a favor. Aquí se ha formado una familia» concluye.