GEMA ROMERO.- Desde 1995 los países adheridos a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se reúnen cada año para evaluar los avances y negociar respuestas multilaterales al cambio climático. Por primera vez en su historia, la Conferencia de las Partes que este año celebra su edición número 28 (COP28), dedicará un día entero a la salud. Será el próximo domingo 3 de diciembre. Por este motivo, el Consejo Internacional de Enfermeras ha pedido a los gobiernos que actúen dada la amenaza que el cambio climático supone para la salud, y que pasen de las palabras a los hechos. Así, las enfermeras instan a la COP28 a actuar frente al cambio climático que amenaza nuestra salud.
5 millones de muertes por contaminación
La contaminación atmosférica provocada por el uso de combustibles fósiles en la industria, la generación de energía y el transporte es responsable de 5,1 millones de muertes adicionales al año en todo el mundo, según un nuevo estudio publicado ayer por The BMJ.
Esto equivale al 61% de un total estimado de 8,3 millones de muertes en todo el mundo debido a la contaminación del aire exterior de todas las fuentes en 2019, que potencialmente podría evitarse mediante la sustitución de los combustibles fósiles por fuentes de energía limpias y renovables.
Estas nuevas estimaciones de muertes relacionadas con los combustibles fósiles son mayores que la mayoría de los valores comunicados anteriormente, lo que sugiere que la eliminación gradual de los combustibles fósiles podría tener un mayor impacto en la mortalidad atribuible de lo que se pensaba.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha descrito la «adicción» mundial a los combustibles fósiles como un “acto de vandalismo medioambiental que está saboteando la asistencia de salud”. Por su parte, El Consejo Internacional de Enfermeras considera que esta inacción amenaza la capacidad de las enfermeras y de los sistemas de salud para hacer frente a las cargas adicionales causadas por el cambio climático. Tanto el CIE como la OMS y otras organizaciones sanitarios piden a los participantes en la conferencia que apliquen urgentemente las medidas ya acordadas para frenar el aumento de las temperaturas en el planeta y sus desastrosas consecuencias para la salud.
Como explica Pamela Cipriano, presidenta del CIE, “cada día, las enfermeras vemos los efectos del cambio climático en su trabajo con los pacientes. Cada vez son más las personas que acuden a nuestros centros de salud, hospitales y clínicas quejándose de agotamiento por calor, problemas respiratorios, alergias y exposición al humo, entre otras afecciones inducidas por el cambio climático. En resumen, las enfermeras están íntimamente implicadas en la lucha contra los efectos cada vez más nocivos del cambio climático, que están privando a las personas de su salud”.
“Por ello -añade Cipriano- el CIE cree firmemente que la COP28 es una oportunidad para adoptar soluciones unificadas y tomar medidas para aplicar políticas de mitigación y adaptación que también protejan nuestra salud. Esto significa eliminar gradualmente la «energía sucia», incluidos el carbón, el petróleo y el gas, que tienen efectos nocivos sobre la salud y el medio ambiente, y dar prioridad a las fuentes de energía limpia. Debemos invertir en un futuro saludable y seguro para el clima: el momento de actuar en este sentido es ahora», subraya la presidenta del CIE.
Acuerdos
Fieles a este compromiso contra el cambio climático, el CIE ha firmado distintos acuerdos, entre ellos el de la OMS «Unidos por la salud y la acción por el clima», que pide a los gobiernos que «aumenten su ambición por un futuro más saludable, más justo y más verde».
Su llamamiento reclama el cumplimiento del Acuerdo de París y la aceleración de la eliminación gradual de los combustibles fósiles, salvando un millón de vidas al año gracias a la reducción de la contaminación atmosférica. También la creación de sistemas de salud resistentes al clima y con bajas emisiones de carbono; así como, cumplir las promesas de 100.000 millones de dólares al año en financiación climática, y la inversión del dinero en salvar vidas y mejorar la salud de los más vulnerables.
Para las enfermeras esto significa abogar por la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, crear sistemas de salud resilientes y reforzar el personal de salud, y garantizar que parte de la financiación climática se destine a la preparación del personal sanitario para la acción climática.