«El primer síntoma que tuve fue mucha tos persistente que no decía con nada. Me costa mucho respirar», explica Miriam Robledo paciente con asma desde hace 20 años. El asma es una patología que en España afecta a más de tres millones de personas. «Notaba que no me entraba el aire y tenía que irme a urgencias. Ahí me pinchaban corticoides para controlarme. Después de estos años fueron dando con el tratamiento que me iba bien y desde hace tres años, más o menos, lo tengo muy controlado», asegura.

Por su cercanía al paciente, las enfermeras tienen un papel fundamental en su seguimiento enseñándoles a manejar su patología y conseguir así una mejor adherencia al tratamiento evitando posibles complicaciones. «Llegan a consulta con muchas dudas e intentamos explicarles todo, enseñarles y apoyarles», comenta María Teresa Cuenca, enfermera de Familiar y Comunitaria del Centro de Salud García Noblejas de Madrid.

El asma es una enfermedad crónica que provoca la inflamación de las vías respiratorias y los músculos que las rodean, provocando dificultad para respirar. Se estima que alrededor de un 80% de los casos se produce por causa alérgica (por ejemplo, al polen, cuyos niveles crecen en primavera), exposición o productos químicos o contacto con ácaros del polvo

«El seguimiento a través de la cartera de servicios de que tenemos integrada dentro del Gerencia de Atención Primaria intentamos, al igual que con otras enfermedades crónicas, que estos pacientes mejoren la calidad de vida con las recomendaciones y las instrucciones que les damos desde enfermería. Somos los profesionales que detectamos de una manera rápida cualquier tipo de complicación que pueda suceder», afirma Sonia Chamarro, responsable de Centros de la Dirección Asistencial Este de la Gerencia de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid.

Espirometría

Una detección en la que la espirometría aporta mucha información ya que mide la cantidad de aire que puede retener los pulmones, así como la velocidad de las inhalaciones y exhalaciones durante la respiración. Esta prueba se hace tanto para el diagnóstico del asma como para su control posterior.

La Comunidad de Madrid aumentó el año pasado un 124% las espirometrías realizadas en Atención Primaria para detectar si una persona padece asma, hasta un total de 49.967. Además, se realizó el seguimiento a más de 300.000 personas que lo sufren, entre ellos, 52.000 menores.

Para mejorar la calidad de vida de los asmáticos mayores de edad, la Gerencia Asistencial de Atención Primaria está revisando sus protocolos de actuación, para adaptarlo a las nuevas guías clínicas internacionales. Así, entre las novedades, cuenta con un proyecto para, a través del envío de mensajes SMS, evaluar la experiencia de los usuarios.