ÁNGEL M. GREGORIS.- Las enfermeras son clave en la vacunación contra el COVID-19, tal y como lo están demostrando día a día. Proteger y concienciar a la población es uno de los principales objetivos de la mayor campaña de la historia. A medida que avanza la administración de dosis, la evidencia científica sobre las vacunas también crece. Así, tras el análisis de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), el Ministerio de Sanidad acordó administrar una dosis adicional a las personas inmunodeprimidas para aumentar, de esta manera, su protección. En este sentido, las enfermeras ya están listas para administrar estas dosis.
“Los pacientes inmunodeprimidos son aquellos que tienen las defensas inmunitarias más bajas. Esto puede ser provocado por dos cuestione; en primer lugar, provocado por una enfermedad como el cáncer o por el tratamiento a determinadas enfermedades como la quimioterapia o para personas trasplantadas”, explica José Luis Cobos, vicepresidente III del Consejo General de Enfermería.
Tal y como se ha decidido con los expertos sanitarios sobre la vacunación, estas dosis serán de Pfizer o Moderna, ya que los estudios más recientes sobre el tema avalan esta pauta con vacunas de ARN mensajero.
“Son personas que en general responden peor con la fabricación de anticuerpos cuando se les vacuna y cualquier infección o enfermedad puede afectar mucho mas a su estado de salud. Considero que esta es una buena manera de prevenir la enfermedad en este grupo de personas vulnerables”.
Esta nueva medida supone un paso más en la protección de toda la población. Mientras tanto, otros grupos de riesgo como los ancianos esperan que el Consejo Interterritorial se pronuncie sobre si recibirán también esta dosis adicional.