GEMA ROMERO / MARINA VIEIRA.- En los últimos tiempos la enfermedad meningocócica invasiva, la conocida popularmente como meningitis, parece estar de moda. Aunque el número de casos no es muy elevado: 393 del último año que hay datos (2017-2018), su tasa de letalidad es muy elevada, pues se sitúa en torno al 30%. Además, el 50% de los pacientes que fallece por sepsis meningocócica sigue pasando desapercibido. Aunque se suele asociar a la infancia, la realidad está lejos de esta creencia, pues los principales transmisores son los adolescentes, que a través de las secreciones nasales la contagian tanto a niños como a adultos. Para prevenirla, la vacunación es la medida más eficaz.
Para repasar los principales datos epidemiológicos, las novedades en materia de vacunas y el papel que juega la enfermería en la prevención de esta enfermedad, más de 300 enfermeras se han reunido en Madrid, en la sede del Consejo General de Enfermería, en la jornada “Enfermería y estrategias de vacunación frente a la enfermería meningocócica y neumocócica”, con la colaboración de Pfizer.
La inauguración, ha corrido a cargo del magistrado del Tribunal Supremo, César Tolosa Tribiño, para quien “hace 25 años a nadie se le hubiera ocurrido que el mundo de la justicia tuviera que hablar del tema de las vacunas desde un punto de vista legal porque no había ninguna discrepancia. Ahora es necesario que el derecho tenga que intervenir para resolver aquellas cuestiones que plantean los ciudadanos en torno a las vacunas”. Por ello su ponencia ha versado sobre los aspectos legales y la obligatoriedad de vacunación. Así ha recordado que “no hay en nuestro país ninguna norma jurídica que obligue al personal sanitario a vacunarse y tampoco hay ninguna facultad de la administración para sancionar las conductas de los sanitarios que se niegan a la vacunación. El personal sanitario no debe convertirse en un factor de riesgo dentro del sistema sanitario. Debería existir obligación de vacunación a los trabajadores de la sanidad”.
Asimismo, y con respecto a los menores, Tolosa ha recordado que “el derecho a la salud es un derecho individual y al no concebirse de forma colectiva no existe la obligación de vacunarse. El personal sanitario sólo puede vacunar a un menor sin el consentimiento de sus padres en un caso: un menor en caso de urgencia. En el caso de los menores, lo importante es la salud del menor, no la decisión de los padres. El derecho de los menores a su salud está por encima del derecho de sus padres a tomar decisiones equivocadas. Si es urgente la vacunación, el personal sanitario puede vacunar en contra de su decisión sin imputación penal o administrativa, si no es urgente puede solicitar la intervención judicial”.
Por su parte, el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, ha destacado que “que cuanto más incidamos en los aspectos preventivos, menos acciones se deberían tener que llevar a cabo en el resto de las situaciones clínicas. Por tanto, las enfermeras, como el resto de los profesionales sanitarios, debemos estar convencidos de la necesidad de fortalecer estas áreas de prevención, entre las que se encuentra la prevención de aquellas enfermedades que pueden llegar a ser incluso erradicadas a través de las vacunas”.
Por ello, ha insistido en que “nuestro modelo sanitario tiene que comprender y asumir que todavía hoy, más que nunca tal vez, es imprescindible desarrollar políticas sanitarias que mejoren los aspectos preventivos, incluso si ello implica la incorporación de nuevas actuaciones en materia de vacunación. La prescripción enfermera es una de ellas”. Un asunto que, para el presidente de los enfermeros españoles, resulta preocupante pues, ” en un momento en el que comienza el periodo de vacunación de la gripe sin que la gran mayoría de nuestras Comunidades Autónomas hayan tomado iniciativa alguna para acreditar a las enfermeras tal y como establece el Real decreto de prescripción. Las enfermeras, a pesar de esa dejación administrativa, tenemos que llevar a cabo actividades que se dirijan a modificar y potenciar hábitos y actitudes, que conduzcan a formas de vida saludables, tanto en la consulta de enfermería como en el ámbito domiciliario o en el comunitario”, ha subrayado.
Situación del meningococo
Jesús Ruiz Contreras, jefe de servicio de Pediatría del hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid ha sido el encargado de comentar la situación actual de la enfermedad meningocócica en todas las edades, tanto en España como en los países de nuestro entorno. Aunque ha iniciado su intervención reconociendo el importante papel de las enfermeras en la vacunación. A su juicio, “no hay ningún colectivo sanitario que haya contribuido más a las altas coberturas vacunales que tenemos que la enfermería. En sus manos está que sigamos a la cabeza en coberturas vacunales en Europa y en todo el mundo”.
Con respecto a los datos epidemiológicos, ha comentado que aunque el mayor número de casos sigue correspondiendo al serogrupo B, desde 2014 se observa un repunte de los casos de meningitis producidos por los serotipos C, W e Y, llegando a suponer alrededor del 40% de los casos. Además, ha destacado “un dato, que no debe darse aún como definitivo, y es que incluso en menores de 12 meses los casos también están aumentando, de 1 a 5 casos en un año, también de estos serotipos. Algo que debería ser un síntoma de alerta en nuestro país”, ha destacado.
Con estos datos, desde la Consejería de Sanidad de Castilla y León, ya desde 2014 se inició un cambio en las pautas de vacunación, sustituyendo la vacuna de los 12 meses y en la adolescencia por la tetravalente para los serogrupos A, C, W e Y. como recordaba Mabel Bueno, enfermera del consultorio Auxiliar Juan Llorens de Valencia, en marzo de este año el Ministerio de Sanidad ya decidió incluir la vacuna tetravalente en el calendario vacunal único sustituyendo la vacuna de los 12 años del meningococo C, por la tetravalente, con una recomendación de rescate de los adolescentes de 17 y 18 años. Algo que ya han empezado a realizar comunidades autónomas como Madrid.
Sin embargo, esta pauta de vacunación es criticada por la Asociación Española de Pediatría, por obviar a los menores de 12 meses. Como señala Bueno, “la Asociación Española de Pediatría sigue recomendando que se cambie la vacuna de los 12 meses por la ACWY”. Algo en lo que coinciden tanto el jefe de servicio de Pediatría del 12 de Octubre como esta enfermera. Como señalaba Jesús Ruiz, “en otros países de nuestro entorno se ha demostrado que la protección de grupo frente a W falla y por eso hay que apostar por la vacunación directa de la tetravalente”, también de los menores de 12 meses.
Papel de la enfermería
Como explicaba Mabel Bueno, “las enfermeras somos las valedoras principales de la vacunación, desde nuestra función docente, informando de las vacunas, desde la función administrativa, con el registro del acto vacunal, desde la función asistencial, administrando la vacuna y desde nuestra función investigadora, comunicando los efectos adversos”. Por todo ello, “somos el agente de salud principal que va a cerrar el círculo de transmisión de la meningitis”.
Así, la enfermera valenciana recordaba que las enfermeras “tenemos la obligación legal de informar a los pacientes, que tienen derecho a conocer toda la información disponible para su salud. Esa información debe registrarse en la historia clínica. No sólo el médico tiene que dar esta información, sino cualquier profesional que le atienda en el proceso asistencial”. Y esa información, a su juicio, “también debe incluir los problemas asistenciales de la colectividad. Si estamos en brote epidémico, la población debe saberlo, y también que hay una vacuna que cubre los cuatro serotipos (A, C, W e Y), aunque no esté financiada por el sistema (para los menores de 12 meses)”, ha subrayado.
Una enfermedad con graves consecuencias
Durante su exposición Almudena Santano, directora de Enfermería del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, ha destacado que la meningitis “es una enfermedad tiempo-dependiente, que ocasiona graves secuelas”. Así, ha recordado el caso de una paciente, en 2003, cuando trabaja como enfermera en la UCI de un hospital madrileño. “En apenas 24 horas la paciente, con sepsis meningocócica desarrolló una gangrena en las cuatro extremidades y no quería vivir sin brazos ni piernas. Hubo mucho debate interno en la unidad, aunque era mayor de edad también se preguntó a los padres, pero la paciente no quería vivir con la amputación de sus cuatro miembros. Tras 29 días, se hizo limitación del esfuerzo terapéutico y la paciente falleció”.
El contrapunto a esta emotiva historia, que ha sobrecogido al auditorio, está en el caso de Davide Morana, otro paciente que “vivió una situación similar, perdió sus cuatro miembros por una sepsis y hoy es un ejemplo de superación y de que el esfuerzo de las personas sirve para algo. En redes sociales es muy activo, cuenta cómo es su día a día con sus prótesis en brazos y piernas y cómo incluso tuvo que aprender a utilizar la cocina con la nariz”.
Con estos ejemplos, Santano ha querido destacar que “cada caso es individual y que las enfermeras debemos saber cómo actuar en cada caso. El 10% de los pacientes tendrá graves secuelas. Los profesionales debemos estar muy actualizados con la forma de actuar, cómo reaccionar, y saber que tenemos una medida fundamental para evitar esta enfermedad que es la vacunación”, ha finalizado.
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