ÁNGEL M. GREGORIS.- Hasta 69 estados miembros de la ONU cuentan en la actualidad con leyes que criminalizan los actos sexuales entre personas adultas del mismo sexo y hasta 11 podrían castigarlos incluso con la pena de muerte, tal y como revela el último informe sobre Homofobia de Estado de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), en el que se apunta que, al menos, otros 42 estados tienen barreras legales a la libertad de expresión en cuestiones de orientación sexual e identidad de género.
Muy lejos de estas políticas restrictivas se encuentra España, con una de las legislaciones más progresistas en materia de igualdad por razón de orientación sexual. De hecho, el mapa del arcoíris, realizado por ILGA Europa, sitúa a nuestro país como el octavo mejor de Europa para vivir siendo una persona LGTBI+. Aun así, muy lejos de la segunda posición que ostentaba en 2011, cuando España despuntaba entre países de todo el mundo en favor de los derechos del colectivo.
Continuar fomentando y educando en diversidad a la sociedad es fundamental para crear estados libres, tolerantes y plurales, en los que la discriminación por razón de orientación sexual o identidad de género no tenga cabida. Las enfermeras, como educadoras para la salud de la población y uno de los pilares de la sanidad en España, tienen un papel clave a la hora de trasladar mensajes en los que se fomente la igualdad, el respeto y la tolerancia en todos los niveles de la vida. Con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI+, el Consejo General de Enfermería reclama a las instituciones competentes que cuenten con los profesionales sanitarios para promover e impulsar la diversidad. “Somos la profesión de los cuidados, del apoyo y de la cercanía. Desde la institución que presido consideramos imprescindible que todos y todas podamos vivir en libertad, independientemente de la orientación sexual o identidad de género que se tenga. Nadie debe ser discriminado por estas razones y las enfermeras estaremos ahí desde el principio al final de la vida para apoyar, ayudar y educar”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
En esta misma línea se expresa Manuel Moreno, enfermero y antropólogo, que expone que “las personas LGTBI+ han sido tradicionalmente rechazadas y discriminadas y nuestra misión como profesionales es la de ayudar a las personas en estas situaciones”. “Superar los prejuicios que todos tenemos implica centrarnos no en quién es la persona a la que atendemos, sino más bien en qué le pasa”, expresa.
Enfermeras escolares
Asimismo, el presidente de las 325.000 enfermeras y enfermeros españoles reivindica la importancia de las enfermeras escolares como motor de la educación contra la LGTBI-fobia. “Para que las nuevas generaciones crezcan en valores de tolerancia, la presencia de enfermeras escolares en todos los centros educativos resulta fundamental. Siempre hemos reclamado esta medida como un pilar básico para desarrollar y garantizar la salud en los menores. Y no sólo para atender urgencias y administrar medicación durante la jornada lectiva, sino que pueden llevar a cabo acciones de educación para la salud, en las que se fomente el respeto entre compañeros y ayude a todos aquellos niños y niñas que puedan llegar a sufrir discriminación en los centros escolares”, profundiza Pérez Raya, que insiste en que en pleno 2021 “no podemos permitir que nuestro país sufra un retroceso en las políticas sociales que se han conseguido tras tantos años de lucha y esto sólo se puede lograr con formación y educación desde el inicio de la vida”.
Asimismo, las enfermeras de Atención Primaria y también hospitalaria durante el ingreso son fundamentales para detectar posibles casos de odio entre la población y no sólo entre los más pequeños.
Además, pueden suponer una barrera para localizar comportamientos LGTBI-fóbicos e intentar reconducirlos durante las consultas. “La educación en la diversidad debería ser una enseñanza transversal en todas las materias curriculares y también en la formación clínica continuada. La enfermera tiene como misión promover la salud y la vida. Para ello tendrá que contribuir a la superación de barreras como, por ejemplo, las que crean los prejuicios hacía el ‘diferente’. Todos tenemos prejuicios y no los dejamos en la taquilla al empezar el trabajo, sino que suben con nosotros a planta. Tenemos que aprender a neutralizarlos para que evitar que el ‘pre-juicio’ se convierta en ‘per-juicio’”, asevera Moreno.
Identidad de género
También son clave en los equipos multidisciplinares de identidad de género. Formar enfermeras expertas en género y salud puede ayudar enormemente durante la transición de personas transexuales, cuidando, apoyando y asesorándoles en el proceso. “Más allá del actual y controvertido debate político y mediático, debemos comprender cuáles son sus demandas y necesidades de cuidados. Varios estudios enfermeros señalan que estas personas perciben incomprensión e ineficacia en la atención sanitaria. Ahí es donde debemos centrarnos. En mi libro Transculturalidad, género y salud señalo la necesidad de superar la concepción binaria del sexo/género (masculino-femenino) para incorporar a las personas que no se inscriben en ese binarismo”, subraya Moreno.
2 Comentarios
Rosa Dulanto
Admiro mucho a mis compañeras enfermeras y reivindico su papel en la sanidad cada vez que tengo oportunidad, pero en este artículo da la impresión, por la falta de palabras como «colaboración», «participación» o «interdisciplinar», que el papel de la educación y todo lo que implica en cuanto a concienciación, sensibilización e incluso formación a nivel escolar y social es vuestro, y no es así. Existen múltiples documentos que avalan que las mejores estrategias para fomentar la no discriminación entre menores son las implantadas en las aulas por las docentes, con apoyo de educadoras sociales, sexólogas, enfermeras, psicólogas, activistas, quizás alguna especialista, cada una en su ámbito de especialidad y todo respaldado desde las instituciones. Es menos cómodo, es más trabajoso, requiere más tiempo y una visión continuada y transversal, sí, pero es lo que da mejores resultados, y siempre dentro de los contenidos curriculares en el aula , no charlas puntuales, que serán interesantes y quizás en un futuro suficientes. Sobre las actividades comunitarias lamentablemente aún hay poca evidencia, pero el papel de enfermería tendría que ser de acompañamiento. Todo esto además teniendo en cuenta que aún hay margen de mejora en los contenidos educativos universitarios en pregrado sobre diversidad sexual y de género tanto en ciencias de la salud como en ciencias sociales y educativas (hay estudios sobre el tema), por lo que creo que ese sí sería un buen punto de partida (no incluyo aquí formación de posgrado, bastante más variopinta como para asegurar más homogeneidad).
Gracias y un saludo.
Fernando
Angel. Gracias por este magnífico trabajo. Yo como enfermero durante 39 (hoy jubilado) y homosexual, he recibido toda clase de vejaciones desde la infancia. No tuve esa discriminación como profesional, al revés, me veía capaz de ver, valga la redundancia, cosas que y aptitudes que mis compañer@s no veían en los pacient@s y en alguna ocasión he podido ayudarles de manera discreta claro está.
Yo estoy casado con mi pareja hombre desde hace casi 12 años, los mismos que llevo intervenido de una intervención de 4 bypass aortocoronarios, y en septiembre de este año, hará 52 años que llevamos juntos. La tan cacareada promiscuidad en la sociedad LGTBI, es igual que en la sociedad heterosexual, depende de las personas y no de su orientación sexual.
Se critica a Rodriguez Zapatero que fué un mal presidente porque no vio venir la crisis económica, que no tenía carisma, etc. Pero no todo es economía en la vida. Que hay del bienestar de las personas en su vida diaria??. Gracias a su gobierno, hoy, podemos tener un matrimonio igualitaria refrendado por el Tribunal Constitucional.
Por desgracia, con la irrupción cada vez más importante de partidos de extrema derecha en nuestro ámbito politico, como bien decías, ya no somos el segundo pais del mundo en leyes LGTBI, es más cada día retrocedemos más con agresiones homofobicas sin que los partidos del Congreso de los Diputados haga nada, incluso algunos aplauden e intentan restringir o incluso derogar dichas leyes. Como se nota que el Franquismo les viene de herencia familiar y no de haberlo sufrido.
Lo dicho enhorabuena por tu artículo.
Gracias y un saludo