Sobre el autor

2 Comentarios

  1. 2

    Rosa Dulanto

    Admiro mucho a mis compañeras enfermeras y reivindico su papel en la sanidad cada vez que tengo oportunidad, pero en este artículo da la impresión, por la falta de palabras como «colaboración», «participación» o «interdisciplinar», que el papel de la educación y todo lo que implica en cuanto a concienciación, sensibilización e incluso formación a nivel escolar y social es vuestro, y no es así. Existen múltiples documentos que avalan que las mejores estrategias para fomentar la no discriminación entre menores son las implantadas en las aulas por las docentes, con apoyo de educadoras sociales, sexólogas, enfermeras, psicólogas, activistas, quizás alguna especialista, cada una en su ámbito de especialidad y todo respaldado desde las instituciones. Es menos cómodo, es más trabajoso, requiere más tiempo y una visión continuada y transversal, sí, pero es lo que da mejores resultados, y siempre dentro de los contenidos curriculares en el aula , no charlas puntuales, que serán interesantes y quizás en un futuro suficientes. Sobre las actividades comunitarias lamentablemente aún hay poca evidencia, pero el papel de enfermería tendría que ser de acompañamiento. Todo esto además teniendo en cuenta que aún hay margen de mejora en los contenidos educativos universitarios en pregrado sobre diversidad sexual y de género tanto en ciencias de la salud como en ciencias sociales y educativas (hay estudios sobre el tema), por lo que creo que ese sí sería un buen punto de partida (no incluyo aquí formación de posgrado, bastante más variopinta como para asegurar más homogeneidad).

    Gracias y un saludo.

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  2. 1

    Fernando

    Angel. Gracias por este magnífico trabajo. Yo como enfermero durante 39 (hoy jubilado) y homosexual, he recibido toda clase de vejaciones desde la infancia. No tuve esa discriminación como profesional, al revés, me veía capaz de ver, valga la redundancia, cosas que y aptitudes que mis compañer@s no veían en los pacient@s y en alguna ocasión he podido ayudarles de manera discreta claro está.
    Yo estoy casado con mi pareja hombre desde hace casi 12 años, los mismos que llevo intervenido de una intervención de 4 bypass aortocoronarios, y en septiembre de este año, hará 52 años que llevamos juntos. La tan cacareada promiscuidad en la sociedad LGTBI, es igual que en la sociedad heterosexual, depende de las personas y no de su orientación sexual.
    Se critica a Rodriguez Zapatero que fué un mal presidente porque no vio venir la crisis económica, que no tenía carisma, etc. Pero no todo es economía en la vida. Que hay del bienestar de las personas en su vida diaria??. Gracias a su gobierno, hoy, podemos tener un matrimonio igualitaria refrendado por el Tribunal Constitucional.
    Por desgracia, con la irrupción cada vez más importante de partidos de extrema derecha en nuestro ámbito politico, como bien decías, ya no somos el segundo pais del mundo en leyes LGTBI, es más cada día retrocedemos más con agresiones homofobicas sin que los partidos del Congreso de los Diputados haga nada, incluso algunos aplauden e intentan restringir o incluso derogar dichas leyes. Como se nota que el Franquismo les viene de herencia familiar y no de haberlo sufrido.
    Lo dicho enhorabuena por tu artículo.
    Gracias y un saludo

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