ÁNGEL M. GREGORIS.- “Las enfermeras sois agentes de cambio que necesitamos las mujeres maltratadas para que nos demos cuenta de lo que estamos viviendo. Tenéis que ayudarnos a romper el silencio”. Así de contundente se mostró Ana Bella Estévez, presidenta de la Fundación Ana Bella, durante su ponencia en la jornada “La violencia de género. Implicación de la enfermería” celebrada en Lugo y organizada por la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud y el Colegio de Enfermería de Lugo. Ella, como superviviente de maltrato, alzó la voz en favor de todas esas mujeres que no se atreven a denunciar o que tienen miedo de las represalias. “Todas las campañas están enfocadas a la víctima, a que rompa el silencio, pero nosotras no nos damos cuenta de que estamos siendo maltratadas. Os necesitamos a vosotras para que nos quitéis esa venda que tenemos en los ojos debido a la dependencia emocional que sufrimos. Tenéis que ser parte esencial en la lucha contra la violencia de género”, afirmó.

Cuando recuerda su pasado reconoce que le sigue haciendo daño, pero destaca que “ese daño se ha transformado y lo utilizo como experiencia y empatía para ayudar a otras mujeres”. “Si rompes el silencio y denuncias, hay otra alternativa a ser asesinada y esa es la de ser feliz”, apuntó, a la vez que con los ojos vidriosos compartía con los 500 asistentes que “mi marido no me amaba, él tenía una idea de pareja y quería que me amoldase a ella, pero no me cambió, sigo siendo al misma Ana Bella, optimista, entusiasta y capaz de ser feliz y de tener otras relaciones”.

Normalización

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los profesionales es la normalización de esta situación. “Es muy difícil normalizar la violencia, pero sí que hay hechos en algunos casos de pensar que no pasa nada. Esto es lo que yo a veces denomino esa normalización de la violencia. Muchísimas mujeres piensan que lo que ocurre es algo normal y tenemos que tratar el aspecto individual, poder formar a la mujer, al niño, al anciano, al hombre que maltrata de explicar qué es la violencia y cómo funciona la violencia. Es una cuestión que hay que atender desde un plano individual”, ha destacado Carmen Pérez, psicoterapeuta transpersonal. Para ella, tenemos que hacer una atención individual y una corrección cultural. “No hay un lugar donde la persona individualmente pueda sentir y expresar todo lo que está ocurriendo y es verdad que hay que cambiar la mirada, hay que pasar de esa mirada colectiva a consultas individuales”, ha remarcado.

La Atención Primaria es el sitio idóneo para detectar casos de violencia de género y así lo dejó claro Ana Isabel Gutiérrez, psicóloga forense. “Potencialmente es el sitio en el que podríamos hacer la detección, además en un momento en el que todavía hay un nivel de riesgo bajo, pero muchas veces no hay suficiente información y otras veces falla el nivel de implicarte porque no sabemos a quién derivar”, ha afirmado.

Hay que formarse porque muchas de estas víctimas no pasan por las comisarias para denunciar, pero sí pasan es por los centros de salud. “Son usuarias que van al centro de salud por cuadros inespecíficos el doble de veces que las que no sufren violencia de género”, subrayó Gutiérrez, que resaltó que, actualmente, hay signos en Atención Primaria que dan pistas sobre el tema. “Cuando alguien llega con un problema severo de estrés, generalmente va a entrar por la puerta explicando el porqué, pero cuando alguien no lo explica, es cuando tenemos que tirar del hilo”, puntualizó.

Javier Coria, vocal del Colegio de Enfermería de Lugo, puso de manifiesto que “la respuesta que está dando la sociedad hasta ahora no llega a solucionar el problema y entonces hace falta que sumemos y coordinemos fuerzas para enfrentarnos a este problema que está desestructurando nuestra sociedad en exceso”.