GEMA ROMERO.- Casi una de cada 18 enfermeras en Estados Unidos afirma haber pensado en el suicidio en el último año, cifras significativamente más altas que para otros profesionales, según una encuesta de la Asociación Americana de Enfermeras (ANA) que publica American Journal of Nursing (AJN).

El estudio, dirigido por Elizabeth A. Kelsey, de la Clínica Mayo en Minnesota, también sugiere que entre las enfermeras con este tipo pensamientos es menos probable que busquen ayuda profesional para problemas emocionales graves. Además, se demuestra que los síntomas de agotamiento y depresión son independientes de la ideación suicida en las enfermeras.

Estos datos se han obtenido de la encuesta enviada en 2017 a los casi 87.000 miembros de la Asociación Americana de Enfermeras (ANA), de las que contestaron 7.378 enfermeras, por lo que no tienen en cuenta la pandemia. En la encuesta se preguntaba a las enfermeras sobre los pensamientos suicidas durante el año anterior y la voluntad de buscar ayuda en de preocupación emocional grave, además de por síntomas de agotamiento y depresión. Casi todas las enfermeras que respondieron a la encuesta eran mujeres; la mediana de edad fue de 51 años. Las respuestas se compararon con las de una muestra probabilística de 5.198 trabajadores estadounidenses de diversos sectores.

En general, el 5,5% de las enfermeras afirmó haber considerado el suicidio durante el último año, en comparación con el 4,3 por ciento de otros trabajadores estadounidenses. El 38% de las enfermeras tenía al menos un síntoma de agotamiento, principalmente emocional.

«Las enfermeras con altos niveles de agotamiento emocional, altos niveles de despersonalización, agotamiento o síntomas depresivos eran significativamente más propensas a haber tenido ideas suicidas en el último año, en comparación con las enfermeras sin estas características», destaca Elizabeth Kelsey. Después de ajustar por otros factores, las enfermeras con síntomas de agotamiento tenían el doble de probabilidades de tener pensamientos suicidas. Aquellos con síntomas de depresión tenían 11 veces más probabilidades de reportar ideas suicidas.

El 84% de las enfermeras dijeron que «probablemente» o «definitivamente» buscarían ayuda profesional si tuvieran un problema emocional grave. Sin embargo, para las enfermeras con ideación suicida, esta tasa se redujo al 73%. «En otras palabras, quienes más necesitaban ayuda profesional también eran más reacios a buscarla», según los autores.

Informes anteriores han sugerido que las enfermeras tienen un alto riesgo de depresión y muerte por suicidio. Los estudios de médicos y estudiantes de medicina han relacionado la depresión y el agotamiento con la ideación suicida. Este estudio es uno de los primeros en examinar estas asociaciones entre enfermeras.

Peor durante la pandemia

«En conjunto, esta evidencia fundamenta de manera convincente el caso de que las organizaciones de atención médica deben abordar las causas del agotamiento a nivel de los sistemas, por el bien de los pacientes y los profesionales sanitarios», concluye Kelsey. «Dado el mayor estrés que experimentan las enfermeras durante la pandemia de COVID-19, la necesidad de actuar nunca ha sido más aguda». Los investigadores discuten las implicaciones para la práctica, la educación y las políticas de enfermería, incluidos los pasos para desarrollar la seguridad psicológica en el lugar de trabajo y reducir el estigma en torno a los problemas de salud mental.

«Como han demostrado los informes de los medios, los factores estresantes y el impacto en la salud mental de brindar atención de enfermería se han visto exacerbados por la pandemia de COVID-19», comenta Maureen Shawn Kennedy, redactora jefe de AJN. «Esta investigación se realizó antes de la pandemia y servirá como base para los estudios de los efectos del COVID-19 en la salud mental, el agotamiento y las tendencias suicidas entre las enfermeras».