D. RUIPÉREZ / A. ALMENDROS.- Paula Gil es la primera enfermera que preside la ONG Médicos Sin Fronteras España. Nos cuenta cómo es la labor de las enfermeras dentro de la organización, de su paso itinerante por las misiones en distintos países y de la necesaria coordinación entre el personal móvil y el local. En esta entrevista repasa también su experiencia en el trabajo decampo y se detiene en hechos trascendentales para la población de los países más desfavorecidos, como la liberalización de las patentes de los antirretrovirales hace ya veinte años y que cambió la vida de millones de personas en África. Hoy, de alguna forma, la historia se repite con las vacunas frente al COVID-19.

Cuéntanos un poco tus inicios de enfermera cooperante

Empecé hace 18 años como enfermera de terreno. Trabajaba en aquel entonces en una emergencia nutricional en Angola, mi labor era sobre todo gestión de equipos, que es lo que suelen hacer las enfermeras cuando van al terreno y a partir de ahí estuve haciendo varias misiones y, sobre todo, me interesó siempre gestionar grupos de personas. El trabajo en equipo creo que es algo muy bonito, donde las enfermeras, además, lo hacemos bastante bien. Y ahí es donde fui desarrollándome. Estuve trabajando unos cuantos años en el terreno y después pasé a trabajar en la sede.

Si la epidemia de Sida fue terrible a nivel global, en África, que aún sigue coleando, tuviste que ver cosas impresionantes durante esos años, ¿verdad?

Sí. Tuvimos la gran suerte de que cuando yo empecé a trabajar se acababan de liberar las patentes de los medicamentos antirretrovirales y se empezaron a fabricar en India, en Sudáfrica… y a partir de ese momento se pudo poner en tratamiento a millones de personas que hasta la fecha era imposible, porque un tratamiento único te costaba miles de dólares al año y pasó a costar 80 dólares por paciente y año. Aquello marcó la vida de millones de personas, fue muy importante.

¿Qué peso tienen las enfermeras en Médicos Sin Fronteras?

Actualmente Médicos Sin Fronteras a nivel internacional tiene alrededor de 45.000 trabajadores y trabajadoras. De ellos, la mitad es personal sanitario y de esa mitad alrededor de un 30%, es personal de enfermería. Entonces, las enfermeras no sólo desarrollan un trabajo asistencial sino también un trabajo de gestión de equipos, de gestión de operaciones… Llegamos incluso a ocupar puestos como responsable médico de todo un país, y la mayor parte de esas enfermeras suelen ser personal local. El 80% de nuestro personal es de los países en los que trabajamos y el 20% es personal móvil que va yendo de una misión a otra.

Y, ¿qué perfil tienen que tener las enfermeras, tanto las jefas locales como las que operan aquí desde España o de Europa? ¿Tienen que tener alguna formación especial?

Deben tener, por lo menos, Dos años de experiencia en tu especialidad. Valoramos mucho la experiencia en Neonatología, en Pediatría general, matronas, Quirófano, Emergencias, vacunación, formación, gestión de equipos también…

Y esas enfermeras, ¿pueden llegar incluso a ser directoras de hospitales?

Sí, yo creo que las enfermeras en general somos personas muy versátiles, valemos para para cualquier cosa porque tenemos una formación completa y también tenemos esta visión del cuidado de los demás y esto hace que hagamos las cosas con un especial cariño y atención. Y es cierto que las enfermeras nos adaptamos muy bien a cualquier circunstancia. Lo hemos visto en el terreno, creo que las enfermeras llegamos a ser capaces de coordinar equipos, campañas de vacunación rápidamente, con mucha eficiencia, lo hacemos muy bien. Tenemos un valor espectacular y cuando regresamos de estar trabajando fuera eso no se reconoce. Parece que somos voluntarias, que vamos un tiempo y tal, pero toen realidad somos profesionales que estamos desarrollando un trabajo de gestión importantísimo. Hay enfermeras que están gestionando hospitales y podrían llegar hacer exactamente lo mismo aquí.

¿Cuáles son las líneas que has trazado en el periodo que estés de presidenta?«Las enfermeras valemos Valemos para cualquier cosa porque tenemos una formación muy completa”

Una de las ventajas de Médicos sin Fronteras es que no es una organización presidencialista. Nosotros somos un grupo, una inteligencia colectiva muy importante de personas que todos estamos pensando cómo hacerlo mejor y tenemos retos muy importantes. El primero es conseguir llegar a las poblaciones, que es algo que se nos pone muy difícil. Estamos trabajando en zonas donde se nos asocia a grupos terroristas, donde la propia población está criminalizada, gente que vive en zonas controladas por grupos armados y que no nos permiten acceder a esas poblaciones que están requiriendo nuestra ayuda. Entonces, tenemos retos muy importantes vinculados con el acceso. Y esto es una de las cosas que para nosotros es esencial, la proximidad. No nos podemos quedar lejos de los pacientes. Este sería uno de los retos. También queremos que la organización sea cuanto más diversa mejor. Potenciar muchísimo el desarrollo del personal sanitario y no sanitario para que crezcan profesionalmente todas personas que trabajan a nivel local. Y también que las compañeras nacionales, que tienen unas barreras mucho más importantes que las nuestras, para acceder a un desarrollo profesional puedan hacerlo. Es decir, hay que adaptarse al mundo. Tengo retos, pero mucha ilusión también.