ÁNGEL M. GREGORIS.- Un estudio en curso publicado en JAMA Network Open demuestra que hay una relación entre las infecciones orales infantiles y la aterosclerosis carotídea, que es el resultado de la acumulación de placa en las arterias. Esto supone un avance porque, tal y como resalta el investigador Pirkko Pussinen, de la Universidad de Helsinki (Finlandia), no existen estudios anteriores sobre infecciones orales infantiles y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La investigación, que fue realizada por el Departamento de Enfermedades Orales y Maxilofaciales de la Universidad de Helsinki, en colaboración con el grupo finlandés de investigación Riesgo Cardiovascular en Jóvenes, se inició en 1980 cuando se realizaron exámenes clínicos orales a 755 niños de 6, 9 y 12 años. En 2007 finalizaron el seguimiento, midiendo el grosos de la carótida en un examen de ultrasonido de los participantes, que tenían 33, 36 y 39 años.
Hasta ahora se sabía que las infecciones e inflamaciones orales más progresivas (lesiones endodónticas y periodontitis estaban asociadas con varios factores de riesgo cardiovascular en adultos. En particular, la periodontitis se ha estudiado ampliamente y, actualmente, se considera un factor de riesgo independiente para las enfermedades vasculares. Durante 27 años se midió el riesgo cardiovascular en varios puntos temporales y se calculó un mayor riesgo tanto en la infancia como en la edad adulta.
De todos los niños, el 68% tuvo sangrado, 87% caries y 82% empastes, respectivamente. Tras analizar los resultados, se vio que no hubo diferencia entre chicos y chicas. Tanto las caries como las enfermedades periodontales en la infancia se asociaron significativamente con el grosor de la arteria carótida en la edad adulta, lo que indica la progresión de aterosclerosis y un mayor riesgo de infarto de miocardio o cerebral. Tal y como destacan los investigadores, la prevención y el tratamiento de las infecciones orales son “muy importantes ya en la infancia para evitar problemas mayores en el futuro”.