GEMA ROMERO.- Cuando un miembro de la familia, especialmente hombre, ya sea pareja, padre o hermano tiene síntomas de que está sufriendo un infarto las mujeres llaman corriendo a la ambulancia. Sin embargo, demoran esa petición de ayuda cuando se trata de ellas mismas. Así se desprende dos estudios del Registro Polaco de Síndromes Coronarios Agudos que se han presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología celebrado este fin de semana en Málaga.

Para llegar a esta conclusión analizaron los datos de un total de 7,582 pacientes con infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI). STEMI es un tipo grave de ataque cardíaco en el que se bloquea una arteria importante que suministra sangre al corazón. La restauración más rápida del flujo sanguíneo se traduce en más músculo cardíaco recuperado y menos tejido muerto, menos insuficiencia cardíaca subsiguiente y menor riesgo de muerte. Por lo tanto, las pautas recomiendan abrir la arteria con un stent dentro de los 90 minutos posteriores al diagnóstico en la ambulancia mediante electrocardiograma (ECG).

En general, el 45% de los pacientes fueron tratados dentro del período de tiempo recomendado: estos pacientes de forma menos frecuente mujeres. Después de ajustar los factores que podrían influir en la relación, el sexo masculino siguió siendo un factor predictivo independiente del tratamiento dentro del plazo recomendado.

Los pacientes dentro y fuera de la ventana de tratamiento recomendada tenían tasas similares de mortalidad intrahospitalaria, pero los pacientes tratados con prontitud tenían menos probabilidades de tener una fracción de eyección del ventrículo izquierdo por debajo del 40%, lo que significa que su corazón era más capaz de bombear sangre y tenía una menor probabilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca.

Los resultados del ECG se transmitieron desde la ambulancia a un centro de ataque cardíaco en aproximadamente el 40% de los pacientes. En las mujeres, la probabilidad de transferencia de ECG aumentó con la edad, de 34% en mujeres de 54 años o menos a 45% en las de 75 años o más. En los hombres, la tasa de transferencia fue de alrededor del 40%, independientemente de la edad.

Para el profesor Mariusz CSIor, investigador principal del estudio «una de las razones por las que las mujeres tienen menos probabilidades de ser tratadas en el plazo recomendado es que tardan más en llamar a una ambulancia cuando tienen síntomas, lo que es especialmente cierto para las mujeres más jóvenes. Además, los resultados de ECG para las mujeres más jóvenes se envían con menos frecuencia al centro de ataque cardíaco, que se recomienda para acelerar el tratamiento «.

Falsa creencia

Como explica Concepción Fernández Redondo, presidenta de la Asociación de Enfermería en Cardiología en declaraciones a DiarioEnfermero.es “hay una falsa creencia social de que el infarto afecta más al hombre y el hecho de que en ocasiones la clínica no sea tan típica y/o se asocie en muchas ocasiones a la edad (posmenopausia) hace que no se haga uso de una asistencia sanitaria de manera precoz, con las consecuencias negativas que ello conlleva para el tratamiento óptimo del evento coronario”, señala.

Por ese motivo, desde la Sociedad Europea de Cardiología, con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra el próximo 8 de marzo ha lanzado la campaña #BalanceforBetter, como una llamada a la acción para impulsar el equilibrio de género en todo el mundo.

Recomendaciones para mujeres

Como explica la presidenta de la Asociación de Enfermería en Cardiología, par logar este equilibrio de género las mujeres debería conocer “que la cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte en la mujer, llegando a ser la responsable de muerte 10 veces más que el cáncer de mama. De hecho, la cardiopatía isquémica afecta a mujeres cada vez más jóvenes debido a hábitos no cardiosaludables, como el tabaco, la obesidad, el estrés…

También deben conocer los síntomas típicos del infarto:  dolor opresivo en el centro del pecho o en el estómago, a veces irradiado a brazo izquierdo, ambos brazos, cuello, mandíbula y/o espalda y acompañarse de sudoración, náuseas y/o dificultad respiratoria. Pero, subraya Fernández, “deben saber que en la mujer pueden aparecer síntomas los días previos como insomnio, ansiedad o debilidad”. El pronóstico de un infarto de miocardio es peor en mujeres que en hombres y hasta un 52%  fallece antes de llegar a un hospital.

A todo ello se añade en que “asuman los cambios necesarios en el estilo de vida que permitan prevenirla y/o tratarla adecuadamente una vez establecida.: dejar  de fumar, seguir una dieta baja en grasa y alta en fibra y actividad física aeróbica y entrenamiento son los pilares básicos para prevenir episodios cardiovasculares”, señala.