D. RUIPÉREZ / A. ALMENDROS.- Isabel Balaguer, enfermera del Servicio de Reumatología y Salud Ósea del Hospital General de Valencia, repasa cuáles son los factores de riesgo, los hábitos que pueden ayudarnos a prevenir esta enfermedad, los bulos que corren sobre ella y la importancia de la adherencia terapéutica.

Acabas de organizar un curso en el que muchas enfermeras se han puesto al día en el tema de la osteoporosis. Se han arrojado datos como que la prevalencia de esta patología va a tener más prevalencia en España que en otros países de nuestro entorno. ¿A qué se debe?

La osteoporosis ya es una enfermedad con una incidencia muy elevada y que no le damos la importancia que realmente tiene. Uno Es una patología silenciosa, se conoce como una epidemia prácticamente silenciosa, porque no da no da ningún síntoma, no da la cara hasta que no aparecen las fracturas. Y como sabéis, pues sobre todo personas con edad avanzada tienen mucho más riesgo. El aumento de la esperanza de vida va a hacer que la incidencia sea aún más elevada de lo que es hoy en día. Y, aunque parezca una paradoja, la mayoría de los pacientes que necesitan tratamiento para la osteoporosis no lo llevan y, por el contrario, hay muchos que realmente no los necesitaría llevar y sí que lo llevan. Por tanto, ese es un aspecto donde tenemos que incidir mucho y hacer mucha educación sobre todo por parte de enfermería para que se conozca bien la patología y los pacientes sepan cómo prevenirla desde la infancia pero sobre todo en la edad adulta, y poder intentar que no lleguen a la fractura, que es el punto de no retorno, porque a partir de ahí el riesgo de volverse a facturar es todavía mucho más elevado.

¿Crees que existe cierto desconocimiento entre los profesionales sanitarios?

Sí, sobre todo porque es una enfermedad sin síntomas. El cribado que se hace se lleva a cabo cuando el paciente ya se ha fracturado. En mujer, por ejemplo, a raíz de la menopausia la densidad ósea de forma automática se vea alterada, por lo que debería ser el punto donde se realizara un cribado para descartar aquellas personas con más riesgo de factura en el futuro. Pero hoy en día, al ser una enfermedad que no da síntomas y no produce dolor no es tan conocida o no se le hace tan de caso como una hipertensión, una diabetes o una artrosis. Lo importante es intentar incidir en el momento previo a la fractura, sobre todo a través de la educación, que es un pilar fundamental en el abordaje de esta patología.

En esta patología las enfermeras de Atención Primaria tienen una gran labor al estar más cercanas a los pacientes

Así es. Nosotros como enfermeras que trabajamos en atención especializada, la mayor parte de las veces vemos al paciente ya fracturado, pero en Atención Primaria se puede llegar a controlar ese paciente antes de la fractura realizando una buena prevención, educación sanitaria en cuanto a hábitos de vida saludables, dieta, ejercicio, prevención de caídas… y sabiendo que es una enfermedad que se duplica, incluso se triplica su incidencia con los años. También tenemos la población de riesgo con la que podemos actuar desde Atención Primaria para evitar llegar a esa fractura. Es el punto clave.
Lo que suele ocurrir con muchas enfermedades es que tienen que seguir una vida saludable para prevenir, en cambio nadie hace caso hasta que se pegan un susto. ¿Con la osteoporosis pasa lo mismo?
Sí, porque muchas veces las medidas más básicas las tenemos a nuestra mano y son las que menos se utilizan. La alimentación es básica para la osteoporosis desde la infancia. El hueso se viene formando desde que somos pequeños. Lo que conviene es llegar a una edad adulta con un pico de masa ósea lo más fuerte posible. Para eso se necesitan unos hábitos saludables desde la infancia, manteniéndolos en la edad adulta y siguiendo durante la de la vejez. El mito de que las personas mayores no absorben el calcio, no hace falta que tomen leche o la leche les sienta mal no es así. Es más, es el momento clave en el que necesitan toda esa educación y todas esas medidas. El ejercicio, mientras no estén limitados y siempre adaptados a sus posibilidades, hay que fomentarlo, establecer un plan de caídas, que su entorno sea lo más seguro posible para evitar que puedan caerse con el riesgo de que tengan una fractura. Y todo esto, desde Atención Primaria es un punto clave.

Has mencionado que hay pacientes que están tomando medicación para osteoporosis y no deberían estar tomándola y viceversa, ¿a qué se debe?

Muchas veces nos hemos encontrado, sobre todo derivados de centros privados o de Ginecología, mujeres en edad de la menopausia, que en una densitometría están en rango de osteopenia, pero en los que, sin ningún otro factor de riesgo, y en las que simplemente con medidas higiénico-dietéticas, sería suficiente, llevan a cabo medicación. Y este, es un tratamiento que una vez se inicia se debe mantener. Es un tratamiento crónico porque cuando se suspende hay riesgo de fracturas. Se debe tratar también en el momento adecuado, no simplemente tratar por tratar cuando quizás se pueda conseguir controlar la patología con medidas higiénico-dietéticas y tratar en el futuro, si fuese necesario.

Hablamos del calcio, de la leche… ¿qué otros alimentos son importantes para proteger la salud de los huesos?

Aparte de los lácteos que sabemos que son los más importantes, tenemos otra serie de alimentos como son las verduras de hoja verde, acelgas, espinacas, coliflores, frutos secos, pescados azules, las semillas de soja, sésamo… Todos esos alimentos también nos pueden aportar calcio. Y otro punto importante es la vitamina D. Observamos en pacientes que encontramos en hospital unas vitaminas bajísimas, que parece mentira que viviendo en un país con prácticamente sol todo el año nos encontramos con unos niveles de vitamina D muy bajos..

¿Tiene algo que ver la pandemia y el no haber salido de casa?

Si que nos hemos encontrado sobre todo que las personas mayores suelen hacer una vida más, casera y esa exposición solar no es tan importante como debería ser. Y aparte se ha visto en estudios que incluso que en países nórdicos los niveles de vitamina D no son tan bajos porque prácticamente todos sus alimentos están suplementados con vitamina D. Aquí pensando que no nos hace falta por el tema del sol, esos alimentos no se suplementan y nos encontramos con niveles muy muy muy bajos que incluso a veces llegan a sorprender. Y en la vitamina de en ancianos muchas veces también hace que predisponga a las caídas, que es lo que les puede les puede favorecer la fractura.

Llevas tres años de responsable de del seguimiento de las personas que tienen una fractura de cadera. Cuéntanos tu trabajo como enfermera en esa parte de la unidad de Reumatología donde trabajas.

Sí, nosotros llevabámos años intentando controlar a los pacientes que ingresaban por fractura de cadera, pero sobre todo por falta de recursos humanos no había sido posible hasta ahora. Entonces lo que hacemos es que todo paciente que ingresa con una fractura de cadera osteoporótica en nuestro hospital es valorado a pie de cama por parte de enfermería. Acudimos una compañera y yo, les hacemos una entrevista completa valorando todos sus hábitos de vida, factores de riesgo y, a partir de ahí, con una analítica con perfil de metabolismo óseo, se le pauta un tratamiento adecuado a sus características, a sus necesidades y a sus requerimientos. Entonces ese paciente posteriormente, una vez dado de alta, con sus respectivas pautas de rehabilitación de traumatología, recibe por nuestra parte un seguimiento más continuo durante los dos primeros años, y posteriormente un seguimiento anual para favorecer sobre todo la adherencia porque en la osteoporosis, por desgracia, la adherencia suele ser baja y para intentar elaborarles también un plan de cuidados adecuado a sus características en cuanto alimentación, prevención de caídas, ejercicios… y estar un poquito más pendientes de ellos en ese sentido y prevenir que vuelven a refracturarse.