ALICIA ALMENDROS.- Se podría decir que es el postre por excelencia de estos días en los que las costumbres y el arraigo brota por todas partes de España. Pan, de un día o dos antes, leche, azúcar, canela en rama, huevos, aceite de oliva y canela en polvo son la combinación perfecta para poder chuparse los dedos. Pero, ¿qué efectos tienen sobre la salud? “Depende de las condiciones del individuo. En una persona sana y con normopeso, sólo tiene el efecto del disfrute de su sabor y su textura. En cambio si padece diabetes tendrá una subida de glucosa; de igual modo que si la persona tiene sobrepeso u obesidad, ya que es un postre calórico tanto por el exceso de azúcar, como por el aceite que empapa la fritura”, explica Marilourdes de Torres, responsable de la Unidad de Dietética y Nutrición del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
Cada vez son más los trucos que existen para hacerlas menos calóricas, “pero pierden todas las características organolépticas y en mi opinión es mejor pasar directamente a otro postres, porque la solución no sería cambiar el azúcar o la miel de la leche por sacarina. El problema es que o se fríen o no son torrijas…serán un sucedáneo”, recalca De Torres.
“Aunque muchos sustituyen la leche por vino, la leche es más nutritiva y además sirve para todos los públicos, ya que si llevan vino no deben darse a ningún menor”, argumenta De Torres.
Aunque apetece comerlas a cualquier hora los expertos coinciden en que es mejor no tomarlas de postre. “Está demostrado que tras la ingesta de alimentos de una comida, si se añade algo de repostería como postre, hace que se absorban más nutrientes de esa comida, con lo que la torrija engorda lo mismo, pero provoca que se sinteticen más y mejor los nutrientes de los alimentos salados que hemos tomado previamente. Lo más recomendable es tomarlas de desayuno o sobre todo de merienda”, comenta De Torres. La enfermería tiene un papel clave, ya que son ellas las que tienen que acompañar y enseñar técnicas culinarias o trucos de alimentación a los pacientes sea la fecha que sea.
“Cuando se tiene una vida sana, se está en normopeso y se ejercita alguna actividad física moderada, las torrijas o los postres, de la Semana Santa en toda España, son muy recomendables cuando están hecho con buenos ingredientes. Que cada uno disfrute de lo que les guste, y después unas escaleras, un trayecto más largo de caminar o de ir en bici, y sólo nos quedará el placer que nos produjo al comerlas”, señala De Torres.