ALICIA ALMENDROS.- La Europa —y el mundo—posterior a la Segunda Guerra Mundial vio nacer una pintura radicalmente distinta a la del periodo de entreguerras. Al cubismo, los expresionismos o el surrealismo les sucedió una forma de pintura que precisamente se cuestionó pictóricamente y de un modo muy radical su “forma”. Ahora, la Fundación Juan Marcha expone la muestra LO NUNCA VISTO. De la pintura informalista al fotolibro de postguerra (1945-1965) con la pretensión de que el espectador comprenda la ruptura a la que los artistas se vieron obligados tras la contienda.

Y es que es muy posible que hoy, 70 años después del final de la Segunda Guerra Mundial —cuando la memoria ya no está viva y apenas hay testigos oculares de la catástrofe—, esas deformadas y abstractas formas del arte al ser expuestas sean percibidas, sobre todo “formalmente” como una corriente pictórica más que añadir a la historia del arte, separada del terrible contexto al que respondía y al que se sobrepuso con gestos de una fuerza casi sin precedentes. La exposición presenta 160 obras, documentos y filmaciones procedentes de diversas instituciones y colección públicas y privadas, nacionales e internacionales, como la Fondation Gandur pour l’Art de Ginebra, el Centre Pompidou, la Pinacoteca di Brera, el Museum Folkwang de Essen, la Colec-ción Dietmar Siegert, la Fundación Foto Colectania, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza o el Museu d’Art Contemporani de Barcelona, entre otras.

Pintura y fotografía

Sin duda, una muestra que establece una relación estrecha entre pintura y fotografía gracias a un tipo de fotografía que insinúa planteamientos paralelos a los de la pintura, con trabajos como Chizu–The Map [El mapa] de Kikuji Kawada; además, pone de manifiesto la relación existente entre la abstracción europea de postguerra y los artistas de la Subjektive Fotografie alemana, con fotógrafos como Hermann Claasen, Helmut Lederer, el propio Otto Steinert o el español Francisco Gómez, así como al fotolibro y a la fotografía que se mueve en el ambiguo territorio del documento fotográfico y la forma artística.