ALICIA ALMENDROS.- Nati trabaja en la UCI del Hospital Universitario de Alcorcón (Madrid). Bueno, ahora está en casa. Es una de las sanitarias españolas contagiadas por COVID-19. “El test me lo hicieron tras haber presentado fiebre y haber estado en contacto directo con mi abuelo que era positivo en COVID-19. Me lo hicieron al momento”, explica la enfermera. Sus síntomas fueron muy leves, “tan solo tuve fiebre durante 24 horas, sin tos y sin trabajo respiratorio, quizás leves mialgias, pero sin más”, añade.
Los primeros pacientes con coronavirus en la UCI donde trabaja llegaron la semana del 9 de marzo. La falta de material es un mal común en todos los hospitales, “pero en mi caso concreto, más allá de la falta de material fue el contacto con mi abuelo, quien falleció en mi hospital a causa de COVID-19”, expone. Una vez dio positivo, a Nati la dejaron en aislamiento preventivo en casa. “Para mí, lo más difícil es la imposibilidad de ir a trabajar y seguir codo con codo con mis compañeras, ya que yo me encuentro asintomática. También es difícil tienen que tomar medidas estrictas para no contagiar a mi marido”, resalta.
Estos días están siendo caóticos, se requiere de muchos recursos, tanto materiales como humanos… “quizás lo más difícil para nosotras es la soledad que conllevan los pacientes. Al final la enfermería, como el resto de personal sanitario están teniendo un papel esencial en el cuidado de los pacientes. Los que ingresan en nuestra unidad son pacientes muy graves que requieren de muchos cuidados. La verdad que existe mucha coordinación entre el personal para optimizar los recursos y brindar el mejor cuidado”, explica la enfermera. Aunque en la UCI los pacientes están sedados y relajados, “siempre que vamos a realizarles una técnica se lo comunicamos, hablamos con ellos, les ponemos música y les cogemos la mano para que no se sientan solos”, apunta.
Los aplausos que reciben a diario son un empuje de ánimo para seguir luchando. “En los momentos difíciles que estamos viviendo, ante jornadas de estrés, miedo, impotencia y preocupación, estos aplausos nos ayudan a seguir luchando”, finaliza.
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