M. VIEIRA/ D. RUIPÉREZ.- Hablamos con Marian Roca, presidenta del Colegio de Enfermería de Teruel, sobre los últimos meses de pandemia y el desarrollo de la campaña de vacunación en una región que cuenta con poblaciones pequeñas y dispersas que en ocasiones son de apenas 30 e incluso 12 habitantes y grandes dependientes que residen en sus domicilios. Marian Roca nos habla también de aquellos momentos de confinamiento en los que los ciudadanos salían a sus ventanas para aplaudir el esfuerzo de los sanitarios, una iniciativa espontánea que han agradecido, pero que hoy, pasados los meses, no sirve de nada sin la responsabilidad de los ciudadanos.
En tu área sanitaria atendéis a población dispersa, a población mayor. ¿Cómo estás viviendo el proceso de la vacunación?
Va muy despacio porque son poblaciones muy pequeñas, muy dispersas. Eso hace que con este tipo de vacunación llegue muy poco a poco y que tengamos que centralizarlo en centros de salud de poblaciones más grandes, nos tenemos que desplazar desde ahí a zonas menos pobladas. También hay que tener en cuenta a los grandes dependientes fuera de las residencias, en domicilio todavía no podíamos acudir a vacunar a estas personas. Debíamos subirles a un coche, acercarles a un consultorio y desde ahí vacunar.
Lo que queremos es que no muera la gente y parece que eso no lo entienden”
Tras más de un año luchando por la pandemia. ¿Qué sensaciones te trasladan las enfermeras de Teruel?
Al principio se agradecía todo: los aplausos, la ilusión de la gente, el reconocimiento popular. Después llegó el agotamiento, no sólo fue una primera ola, fue la segunda, en Aragón vamos por la tercera y cuando todo el mundo esté en la cuarta nosotros estaremos en la quinta. Estamos agotadas y, si me lo permites, un poco de mala leche. Porque mucha gente lo está haciendo bien pero hay unos pocos que no lo están haciendo nada bien. Encima lo que hemos detectado es que cuando les decimos las cosas -yo estoy en Atención Primaria y hago mucha educación para la salud- dicen, “si sois pocas que pongan más, qué queréis dinero, pues que os paguen más”. El problema no es que nosotras no queramos trabajar, seguiremos trabajando, tú dame vacunas que yo estoy mañana tarde y noche poniéndolas. No nos importa. Lo que queremos es que no muera la gente y parece que eso no lo entienden. El problema está en la saturación de los hospitales, no que nos estén saturando a nosotras de trabajo. No queremos los aplausos, queremos que la gente cumpla con lo que tiene que cumplir.
Hemos aprendido que ser la voz, la mano de la familia frente al paciente es muy duro y mantenerlo en el tiempo está costando mucho. Está siendo psicológicamente muy duro.
Los que dirigen las universidades deberían ser más conscientes de que necesitan abrirse a más número de enfermeras”
¿Crees que este agradecimiento verbal y emotivo se va trasladar a que se cambie el rol de las enfermeras, se solucionen las históricas demandas que tiene la profesión?
Todos deseamos que sí. Los que dirigen las universidades deberían ser más conscientes de que necesitan abrirse a más número de enfermeras. Las especialidades son básicas, los políticos deberían darse cuenta de la importancia de especializarse en cuidados intensivos, en quirófano, en urgencias, en urgencias domiciliarias: no es lo mismo estar en un hospital que estar en la calle. Hay que estar muy bien preparado. La enfermería diariamente tenemos que estar formándonos porque nos toca tocar tantos temas que si no sería imposible.
Este año apostamos por la formación online”
En cuanto al Colegio de Enfermería, ¿cuáles son las actividades planificadas para las enfermeras de la provincia por parte del colegio?
El año anterior se tuvieron que suspender los cursos presenciales que tanto éxito tenían. Nuestra bandera es la formación posgrado y este año apostamos por la formación online. Ya lo iniciamos el año pasado y este hemos empezado desde el 1 de enero con más fuerza, si cabe. Al principio pensábamos que costaría este tipo de formación pero al final sí está funcionando, nos adaptamos a todo lo que nos echan.