A. ALMENDROS.- Un estudio, publicado en el Journal of Clinical Investigation, muestra que la exposición crónica a los vapores de cigarrillos electrónicos altera la función pulmonar normal en ratones y también reduce la capacidad de las células inmunes que residen en los pulmones para responder a la infección viral. Estas alteraciones se observaron con vapores sin nicotina, lo que garantiza investigaciones más profundas sobre los efectos que los solventes supuestamente seguros de usar en los cigarrillos electrónicos tienen en las personas. “Los cigarrillos electrónicos actualmente son el sustituto del tabaco que se consume con mayor frecuencia en la población adolescente. Más de 3 millones de adolescentes de secundaria y unos 10 millones de adultos en los Estados Unidos son usuarios activos”, explica Farrah Kheradmand, autora, neumóloga y profesora de Medicina en el Baylor College of Medicine en Houston (EE.UU).
Hasta el momento, algunos estudios relacionados con los cigarrillos electrónicos habían mostrado efectos negativos del vapeo en la salud, mientras que otros informes representan la seguridad de los productos en comparación con los cigarrillos de tabaco. “Estas opiniones opuestas sobre la seguridad de los cigarrillos electrónicos llevaron a uno de mis estudiantes de posgrado, Matthew Madison, a investigar los efectos de la exposición crónica a los vapores de cigarrillos electrónicos y al humo de tabaco convencional en la función pulmonar”, comenta Kheradmand. “También observamos el efecto de los vapores o el humo en la función de las células inmunes que residen dentro del pulmón. Estas células representan una primera línea de defensa contra infecciones virales como las causadas por el virus de la gripe”, añade.
Realización
En la experimentación usaron cuatro grupos de ratones. Uno de ellos estuvo expuesto a vapores de cigarrillos electrónicos que contienen nicotina en las sustancias de vapeo comunes, propilenglicol y glicerina vegetal. Un segundo grupo recibió vapores solo con solventes, sin nicotina. Estos dos grupos se compararon con ratones expuestos al humo de tabaco o al aire limpio.
Los ratones fueron expuesto al humo del tabaco o los vapores de los cigarrillos electrónicos durante cuatro meses siguiendo un régimen equivalente al de una persona que comienza a fumar aproximadamente en la adolescencia hasta su quinta década de vida. Este régimen de fumar aumenta notablemente el riesgo de que las personas desarrollen enfisema, una condición en la cual los sacos de aire de los pulmones se dañan y causan falta de aire.
Resultados
Los investigadores encontraron que, como se esperaba, los ratones que fueron expuestos crónicamente al humo del cigarrillo habían dañado severamente sus pulmones y tenían una inflamación excesiva similar a la de los fumadores humanos con enfisema.
Inesperadamente, Kheradmand, Madison y sus colegas descubrieron que el tratamiento con vapores de cigarrillos electrónicos hechos solo con sustancias de propilenglicol y glicerina vegetal (sin nicotina), que actualmente se consideran solventes seguros, también dañó los pulmones. No se observaba inflamación ni enfisema; pero había evidencia de acumulación anormal de lípidos (grasas) en los pulmones que interrumpieron la estructura y función pulmonar normales.
Además, observaron que la grasa acumulada no provenía del solvente, sino de un recambio anormal de la capa de fluido protector en los pulmones. También vieron una acumulación anormal de lípidos en las células del pulmón. Estos efectos provocaban que cuando los ratones estaban expuestos a virus como el de la gripe aumentase el riesgo de infección. “Nuestros hallazgos revelan que, independientemente de la nicotina, los vapores de cigarrillos electrónicos por inhalación crónica interrumpen la función pulmonar normal y reducen la capacidad de las células inmunes residentes para responder a la infección, aumentando la susceptibilidad a enfermedades como la gripe”, dijo Kheradmand.