ALICIA ALMENDROS.- El pasado 21 de octubre era la fecha elegida por el doctor Emmett Brown, allá por el año 1985, para viajar al futuro a bordo del Delorean y conocer a los hijos de Marty Mcfly, en la ya mítica película Regreso al futuro. Aunque la actualidad dista mucho de aquel futuro ideado por el profesor para este año, existen destinos que pueden teletransportar al viajero a un mundo futurista. Lugares capaces de hacer sentir las sensaciones que Marty tuvo cuando llegó al Hill Valley de 2015. La agencia Rumbo.es ha seleccionado los cinco destinos más futuristas para que todo el que lo desee “regrese al futuro”.
Poitiers y Toulouse
Francia es el destino más cercano para sentirse como un auténtico astronauta. En concreto, podemos encontrar dos ciudades que permiten al viajero conocer cómo serán los viajes en un futuro. En Toulouse se encuentra la Cité de l’Espace, un parque temático orientado a la conquista del espacio y donde se pueden visitar modelos a escala real del cohete Ariane 5, la estación espacial Mir, y módulos de la nave espacial Soyuz. Sin moverse de Francia, el viajero se topa con Futuroscope, en Poitiers, un parque temático con las últimas tecnologías cinematográficas, audiovisuales y robóticas del futuro. Sin duda, un lugar en el que disfrutarán los cinco sentidos.
Las Cruces (EE.UU.)
Aunque la comercialización de viajes espaciales está en fase experimental, en el estado de Nuevo México se encuentra el primer puerto de vuelos espaciales en el mundo. Aquellos que quieran ser los primeros en llegar a territorios inexplorados pueden viajar a Spaceport America.
Su zona de lanzamientos tiene 62 kilómetros cuadra-dos y su centro de operaciones fue diseñado por el aclamado arquitecto Norman Foster. En la actualidad se puede realizar un tour guiado al Spaceport y conocer lo último en tecnología espacial.
Masdar City (Abu Dabi)
El lujo y la innovación son la seña de identidad de Abu Dabi. En esta ciudad encontramos Masdar City, un lugar que ha sido construido con el objetivo de ser la primera ciudad del mundo sin emisiones de carbono, en la que no circularán coches y la que estará alimentada al 100% por energías renovables, a través de paneles solares. Como curiosidad, el diseño de la ciudad está realizado para aprovechar las corrientes de aire —ya que cuenta con estrechas calles que sirven como túneles— y tiene una torre de viento que canaliza todo el aire hacia el suelo, logrando así una especie de aire acondicionado natural en pleno desierto. El proyecto comenzó en 2008 y está previsto que podamos visitarla a partir del año que viene.
Songdo (Corea del Sur)
Sin duda alguna, la ciudad surcoreana de Songdo es la perfecta definición de lo que tiene que tener toda ciudad en el futuro. Aunque no estará terminada hasta 2018, hay varias zonas que pueden ser visitadas, como sus preciosos jardines—que ocupan casi la mitad de la ciudad— o su magnífico Tribowl Building, un espacio cultural con forma de plato gigante —construido sobre un pequeño lago—. Esta urbe tendrá un sistema interconectado con el que se podrá utilizar el transporte público, pagar en los parkings o incluso abrir la puerta de casa a través de una única tarjeta. El proyecto tiene como propósito que los hogares tengan un sistema de “telepresencia”, que estará incorporado en los televisores, y que los niños lleven un dispositivo de rastreo a través de brazaletes con microchip.
Ciudad de Singapur
Singapur es, sin duda, una de las ciudades más ecológicas del mundo. Comprometida a no generar desechos —objetivo planificado para mediados de siglo—, la capital de la república ha sido la primera ciudad en introducir una tarifa de congestión, instalando en sus carreteras cámaras con emisión en vivo, sensores y GPS para evitar las retenciones y caravanas. Además, ha desarrollado unas tarjetas de identificación por radio frecuencia que permite que las personas mayores y con capacidades reducidas puedan alargar los semáforos en verde. Digno de visita es su Supertree Grove, con forma de árbol y de hasta 16 pisos de alto, que absorbe el agua de lluvia, la energía solar y el calor.