ÁNGEL M. GREGORIS.- La atresia de esófago es una patología de nacimiento en la que parte del esófago, tubo encargado de la deglución, no se desarrolla adecuadamente. Es, además, la patología de tratamiento quirúrgico más frecuente en las unidades de cuidados intensivos neonatales y conlleva multitud de cuidados por parte de las enfermeras tanto antes como después de la operación. Así lo han puesto de manifiesto Silvia Ferrero y Gema Martín, enfermeras de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital 12 de Octubre de Madrid, durante el 34º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos, en el que han presentado una comunicación titulada Cuidados de enfermería pre/post operatorios en la atresia de esófago.
A través de una revisión bibliográfica, las profesionales buscaron conocer información actualizada sobre este problema con el fin de poder mejorar los procedimientos realizados en los niños que sufren esta patología. Tras la investigación, sacaron como conclusión cómo deben ser los cuidados enfermeros tanto antes como después de la cirugía. En este sentido, las enfermeras tienen que prevenir la broncoaspiración de secreciones. “Es necesario mantener elevado el cabecero (30/45º), vigilaremos que la sonda doble lumen quede colocada en el bolsón y se efectuará una aspiración continuada de las secreciones, acompañado de un lavado de solución fisiológica para evitar la obstrucción de la misma”, explica Gema Martín, que puntualiza también que “se realiza el cambio de la sonda cada cuatro días”. Por otra parte, también es importante asegurar una nutrición adecuada a los pacientes, que se mantendrá con nutrición parenteral total hasta que se realice la gastrostomía, y se favorecerá el descanso y confort del paciente.
En cuanto a los cuidados postoperatorios, Silvia Ferrero destaca la importancia de vigilar el patrón ventilatorio. “La detección temprana de neumotórax, al igual que el contenido del drenaje torácico como signo primario, nos dará información de las posibles complicaciones. Evitaremos también la hiperextensión del cuello, para que no exista dehiscencia de suturas”, asevera la enfermera. Además, hay que prevenir la infección y edema, así como tener cuidado de que no se mueva la sonda transanastomótica durante ocho días.
Otro de los puntos más importantes en los cuidados enfermeros tiene que ver con los familiares o cuidadores principales, apoyo indiscutible de los pacientes y a los que las enfermeras también deben prestar atención. “No debemos olvidarnos de la relación con los padres, ayudando en el afrontamiento de la situación y fomentando el vínculo con su hijo antes de la operación, e involucrándolos en el manejo de su hijo, de los cuidados que precisará al alta y posibles signos de alarmas tras la operación”, recalcan. Martín apunta que “son pacientes complejos y tienen varios pasos quirúrgicos hasta llegar a la resolución completa de la patología, por lo que ella son las personas ideales para educar a padres y cuidadores”. “Con el sistema de UCI pediátrica de puertas abiertas estamos día a día junto a ellos y hacemos posible que poco a poco adquieran las habilidades necesarias tanto para el manejo de los distintos dispositivos que van a precisar como para detectar signos de complicación de los mismos”, afirma.