GEMA ROMERO.- El uso frecuente de delantales de plomo para proteger a los profesionales sanitarios en los laboratorios intervencionistas y en las salas de radiología, como protección frente a la radiación, se asocia con un aumento de dolor musculoesquelético, según un estudio publicado en la revista de la American College of Cardiology, que dirige Valentín Fuster. Según sus datos, los riesgos laborales más altos son para los técnicos y las enfermeras.

La fluoroscopia o radiografía guiada es un procedimiento intervencionista cada vez más complejo. Como resultado, los radiólogos y el personal que trabaja en este tipo de laboratorios intervencionistas, pasan más tiempo tanto expuestos a la radiación como con los delantales de plomo de protección puestos. Por ello investigadores de la Clínica Mayo en Rochester Minnesota (Estados Unidos) han realizado un estudio al objeto de comprobar si el dolor musculoesquelético, el cáncer y otras patologías son más frecuentes en estos profesionales en comparación con otros trabajadores sanitarios.

Para ello remitieron una encuesta por correo electrónico a 2.682 empleados de estos departamentos de las distintas Clínicas Mayo. Se les preguntó por su ámbito de trabajo, sobre los equipos de protección y sobre sus condiciones sanitarias, incluyendo cuestiones como dolor, cáncer o cataratas. En total respondieron 1.543 empleados de los servicios de cardiología y radiología. Del total de encuestados 1.042 participaban en procedimientos con radiación. Los 501 trabajadores sanitarios que afirmaron no estar expuestos a radiación fueron utilizados como grupo de control.

Así, de entre estos profesionales, lo que estaban obligados a utilizar un delantal de plomo mencionaron más dolor relacionado con el trabajo e incluso tuvieron que solicitar asistencia sanitaria por este motivo con mayor frecuencia que el grupo de control. Entre los que informaron de dolor se detectó que eran en mayor medida mujeres, estaban expuestas a la radiación más veces a la semana y llevaban delantal de plomo con más frecuencia. De tal forma que el dolor es más frecuente entre los técnicos (62%), las enfermeras (60%), seguido de médicos (44%) y alumnos (19%).

Rotaciones periódicas

“Es necesario prestar más atención y esfuerzo para reducir las tensiones físicas de los empleados de radiología”, afirma Mandeep Singh, profesor de medicina, cardiólogo de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota, y autor del estudio. “Se deben hacer esfuerzos para limitar los tiempos de los procedimientos y realizar evaluaciones ergonómicas regulares”. Además, sostiene “los técnicos y enfermeras deben beneficiarse de rotaciones periódicas fuera del laboratorio”.

“La mayor parte de la atención de los procedimientos y las políticas intervencionistas de seguridad se han dirigido al paciente y a los médicos que realizan el procedimiento, pero no necesariamente se han orientado hacia el personal de apoyo, que son parte integral de estos procedimientos”, afirma Valentin Fuster editor jefe de la revista de la American College of Cardiology. “En la creación de estándares hospitalarios y políticas para los laboratorios de cateterismo cardíaco, necesitamos centrarnos igualmente en la carga física para estos profesionales de la salud”, concluye.

El estudio no mostró diferencias en las tasas de cáncer, cataratas, hipotiroidismo o nefrolitiasis, que también están asociados con la exposición a la radiación, aunque los propios investigadores advierten de que es necesario un seguimiento más prolongado para evaluar realmente los riesgos para estas patologías asociadas a la exposición a la radiación.