REDACCIÓN.- Un total de 74 profesionales de enfermería, 11 enfermeros y 63 enfermeras, recogieron presencialmente la insignia de oro que el Colegio de Enfermería de Vizcaya otorga anualmente a los enfermeros colegiados de Vizcaya que cumplieron 65 años de edad en el año anterior. En este caso, el año es 2020 y el acto es el correspondiente al que se tendría que haber celebrado en 2021. La cita se celebró en Bilbao, en los salones de la Sociedad Bilbaína.
Un total de 199 profesionales se hicieron acreedores este año de recibir este reconocimiento. Este homenaje es una tradición de los cerca de 9.000 profesionales de enfermería colegiados en Vizcaya, que anualmente reúne en un acto social de reconocimiento público y homenaje a diversas personalidades de la sanidad vasca.
Programa
Los actos previstos dieron comienzo a las 20:00 h en el vestíbulo de la Sociedad Bilbaína. Allí, María José García Etxaniz, presidenta del Colegio de Enfermería de Vizcaya, acompañada por los miembros de la Junta de Gobierno del Colegio y por numerosas personalidades y autoridades de la sanidad y la universidad vascas, recibieron a la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, quien acudió acompañada por Inmaculada Moro, subdirectora de Enfermería de Osakidetza.
Otras personalidades que asistieron fueron Baltasar Gómez Galán, vicepresidente de la Academia de Ciencias de Enfermería de Vizcaya y Maite Feito, expresidenta de esta entidad; Saloa Unanue, vicedecana de Prácticas de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea; Cosme Naveda, presidente del Colegio de Médicos de Vizcaya; Antonio Clemente, presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco; Álvaro Díaz, presidente del Colegio de Podólogos del País Vasco; Juan Uriarte tesorero del Colegio de Farmacéuticos de Vizcaya; y Javier Rodríguez Rodero, presidente de la Comisión de Deontología del CEB. Todos ellos contaron también con la presencia de Juan Goiria, presidente de la Sociedad Bilbaína y expresidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
Igualmente asistieron las enfermeras Carmen Parra, Marta Santamaría y Ana Ibáñez, presidenta, vicepresidenta y tesorera de la Asociación de Jubilados Enfermeras y Enfermeros de Vizcaya.
Insignias
Además de la presidenta del CEB, estuvieron en el acto de imposición de insignias varios miembros de la Junta de Gobierno del Colegio de Enfermería de Vizcaya, como son Ignacio González, secretario; Eguskiñe Gallastegui, tesorera; y los vocales José Ramón Sánchez Isla y Begoña Martínez Borde, así como los vocales suplentes Juan Carlos de la Cruz y María Martínez, junto con Maite del Hierro y María Victoria García, exvocales del CEB e igualmente acreedoras de la medalla de oro del Colegio en esta edición, y el enfermero Ángel Sánchez.
En su discurso a los presentes, la consejera de Salud del Gobierno Vasco señaló que «el pasado año quise dedicar mi intervención en este foro casi exclusivamente a reconocer el excelente trabajo y agradecer el titánico esfuerzo que el colectivo de Enfermería llevó a cabo durante toda la pandemia. Afortunadamente, y aunque la COVID siga presente en nuestras vidas, en nuestros centros de salud y en nuestros hospitales, la situación es bien distinta a día de hoy. Hoy quiero aprovechar esta tribuna para mostrar una vez más mi admiración por vuestra labor diaria y el orgullo de contar con profesionales como vosotras y vosotros. Creo poder hablar en nombre de la inmensa mayoría de la sociedad vizcaína, y de la vasca, en general».
Por su parte, la presidenta del Colegio de Enfermería de Vizcaya manifestó que “el ejercicio del cuidado es algo que, por habitual, no hemos de dejar de valorar. Nuestra vocación enfermera, la vocación de cuidar a nuestros semejantes, es algo profundamente humano y con un extraordinario valor social. Y debemos estar orgullosos de lo que hemos elegido ser y de haber dedicado el tiempo de nuestras vidas a hacer algo tan loable y positivo”.
“Hoy, más que nunca”, continuó María José García Etxaniz, “la sociedad valora el trabajo que hemos hecho. Las desgracias, como ha sido la pandemia, siempre ponen de relieve el papel imprescindible de la enfermera en la atención sanitaria. Y en esta ocasión, no ha sido diferente”.