EUROPA PRESS.- Una investigación publicada en la revista de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos ha mostrado que los estudios de imagen utilizados para diagnosticar lesiones traumáticas en mujeres embarazadas son seguros, siempre y cuando se usen de forma correcta.
Aproximadamente entre el 5 y el 8 por ciento de las mujeres embarazadas sufren este tipo de lesiones traumáticas, entre las que se incluyen fracturas y desgarros musculares. Para evaluar y gestionar estos problemas, los cirujanos ortopédicos suelen recomendar la realización de radiografías y otros estudios de imagen.
«Si bien hay que tener cuidado para proteger al feto, la mayoría de los estudios de diagnóstico son seguros porque las dosis de radiación están muy por debajo de los umbrales considerados peligrosos», ha asegurado el autor principal del trabajo y cirujano ortopédico, Jonas L. Matzon.
De hecho, es importante que se realice un diagnóstico y un tratamiento correcto de estas lesiones dado que son la principal causa de muerte materna no relacionada con el embarazo. «El riesgo de los estudios de imagen es bajo, por lo que las mujeres embarazadas deben estar tranquilas, y no preocupadas, cuando se les vaya a realizar», ha insistido Matzon.
Radiación no ionizante e ionizante
En concreto, los rayos X y otros dispositivos de imagen emiten dos tipos de radiación: una no ionizante, la cual no lleva mucha energía para eliminar completamente un electrón de un átomo o una molécula, y otra ionizante, capaz de eliminar uno o más electrones de átomos y moléculas. En dosis suficientemente altas, la radiación ionizante puede causar defectos de nacimiento, abortos espontáneos y aumentar el riesgo de cáncer.
Sin embargo, la exposición fetal a la radiación ionizante depende de muchos factores, incluyendo la parte del cuerpo que se explora, el tipo de imagen seleccionada, la cantidad y el tipo de radiación emitida, la acumulación corporal de la madre, la distancia entre el feto y el área que está siendo fotografiada y los protocolos de seguridad que se siguen.
Por ejemplo, la ecografía y la resonancia magnética (RM) no están asociadas a efectos fetales conocidos y se consideran seguras para pacientes embarazadas. En contraste, la tomografía computarizada (TC) de la pelvis en dosis más altas de radiación puede afectar al feto, y por lo tanto, hay que tomar mayores precauciones.