REDACCIÓN.- Si ya era difícil encontrar donante de órganos en época normal, encontrarlo en plena pandemia -con restricciones de movilidad por todo el país- parecía una quimera. Pero gracias al esfuerzo combinado de los equipos sanitarios de La Paz, de la Organización Nacional de Trasplantes – ONT y, de forma muy especial, de los donantes de órganos; ha sido posible el “milagro de regalar vida” a un niño vasco, un niño catalán y un niño gallego a través de un complejo trasplante multivisceral pese a las consecuencias sanitarias derivadas de la pandemia.
En palabras de la doctora Esther Ramos Boluda, Jefa de la Unidad de Rehabilitación y Trasplante Intestinal del Hospital La Paz, “el personal sanitario y no sanitario del Hospital La Paz ha intentado por todos los medios mantener la actividad en la realización de trasplantes, ya que significa dar una nueva oportunidad de vida a niños que lo necesitan sin posibilidad de demora. En nuestra unidad se han realizado un total de 4 trasplantes multiviscerales. Esto no hubiera sido posible sin la entrega y profesionalidad de mucha gente, demostrando que somos un país extraordinario.”
Para la familia de Álex, un niño gallego que logró su gran oportunidad en apenas cuatro meses, “los padres que tenemos un hijo que vuelve a nacer gracias a un trasplante tenemos una deuda eterna. Con la familia del donante, con los equipos sanitarios y con la asociación NUPA, que es nuestra familia en Madrid. Ellos han demostrado durante esta pandemia que nada va a impedirles estar al lado de las familias que más les necesitamos”.
“La emoción de ver que un niño vuelve a recuperar la vida que se le iba gracias a un trasplante de órganos es indescriptible. Los días en lista de espera de un trasplante son eternos, y que de pronto llegue un donante pediátrico compatible es casi como un milagro,” dice la directora de NUPA Alba R. Santos. “Nada sería posible sin aquellos que han trabajado mientras el mundo se paraba y por ello el calendario solidario de NUPA ha querido rendirles homenaje a todos ellos, los héroes de la Covid. Los niños, los profesionales…y también a quienes desde su casa colaboran para que ONG como la nuestra puedan seguir ayudando.”
Historia de tres multitrasplantados en plena pandemia
El caso de Yassine, un adolescente vasco que sufre una enfermedad congénita que impide que su intestino absorba los nutrientes, es único en el mundo. Durante toda su vida, solo había podido alimentarse mediante nutrición parenteral. Pero gracias al programa de investigación del Hospital La Paz, su caso saltaba a los medios por superar con éxito el primer trasplante multivisceral y de progenitores hematopoyéticos del mundo.
Es la primera vez que se realiza un trasplante de estómago, intestino delgado y grueso, páncreas e hígado y progenitores hematopoyéticos de un mismo donante. El trasplante simultáneo multivisceral tuvo lugar en julio y el de progenitores hematopoyéticos, el 28 de agosto. Y aunque los primeros meses deberá contar con la ayuda de expertos en trastornos de la alimentación, Yassine ya puede comer de manera normal.
Después de casi tres años conectado 18 horas al día a máquinas de alimentación parenteral para poder vivir, Víctor también recibió un trasplante de seis órganos un poco antes, a finales de febrero. Mientras los centros hospitalarios se preparaban para recibir la pandemia más agresiva de la historia reciente de España, este niño catalán peleaba con todas sus fuerzas por volver a la vida. Tras ocho semanas entre la UCI y la Planta de Rehabilitación Intestinal del Hospital La Paz, recibía en mayo el alta médica.
Por otro lado, Álex fue diagnosticado de una enfermedad intestinal llamada gastrosquisis ya antes de nacer, lo que provoca que sus intestinos salgan hacia fuera debido a un orificio en la pared abdominal. Y aunque ya había pasado por varias cirugías y trasplantes de órganos, su tercer trasplante multivisceral tuvo lugar durante el momento más duro de la pandemia.
No han sido meses fáciles. Pero tras los momentos de incertidumbre, el adolescente gallego recibía por fin la llamada que le daba otra oportunidad, lo que provocó que pasara los primeros meses de la pandemia entre las paredes del Hospital La Paz para que hoy pueda pasar las fiestas navideñas en casa. Yassine, Víctor y Alex representan la esperanza para otros niños y adolescentes con fallo intestinal que esperan la llamada que cambiará sus vidas para siempre.