ALICIA ALMENDROS.- La indignación se palpaba a las puertas del Hospital Carlos III de Madrid. Al grito de “Todos somos Teresa” los profesionales sanitarios se han manifestado ante la noticia de la confirmación del contagio por el virus ébola de una auxiliar del Hospital Carlos III de Madrid. Miedo, rabia, pero sobre todo mucha impotencia es lo que sienten los sanitarios que se han reunido a las puertas del centro madrileño.

“Estamos con mucha rabia porque vemos muchos errores. No tenemos información, ni el personal sanitario ni los usuarios”, asegura Margarita, enfermera del Hospital Universitario de Getafe.

Para estos sanitarios, las administraciones están demostrando una total improvisación. “Están desmantelando toda la sanidad y esto es la consecuencia de ello. Si el Carlos III hubiera estado funcionando como antes, habría gente especializada en atender este tipo de pacientes”, considera Consuelo, enfermera del Centro de Trasfusión de la Comunidad de Madrid. “Creo que la primera repatriación fue totalmente inadecuada: era traer a España una enfermedad contagiosa como ésta. ¿Por qué no se manda ese dinero a África? Allí hubiera sido más eficaz y hubiese servido para cuidar a más personas… En vez de solucionar el foco de la infección, lo han traído a una zona donde no existía”, prosigue Consuelo.

Durante más de una hora, la puerta del Hospital Carlos III fue testigo de la indignación de estos sanitarios. Denuncian la política temeraria de la Consejería de Salud de la Comunidad Autónoma de Madrid, que hizo oídos sordos a las advertencias y estudios de los profesionales conocedores mejor que nadie de las características del Hospital Carlos III.

“Desde el primer momento se les avisó que se estaba haciendo mal. Al personal sanitario no se les dio los recursos materiales y sobre todo, no se nos informó cómo había que atender a este tipo de pacientes. Sobre el tema de que el personal fue voluntario, no es cierto; al personal hospitalario de la Paz se les obligó a venir sin informarles realmente cómo tenían que actuar ante tal situación; y al final las consecuencias han perjudicado a una persona a la que encima se le está echando la culpa”, afirma Ana, enfermera del Hospital Universitario La Paz.

Y es que según confirman los sanitarios, el que ha sido durante muchos años el centro de referencia para este tipo de afecciones se encontraba desmantelado. “Era el único hospital con el que contábamos pero se encargaron de desmantelarlo, y ahora mismo no está preparado. Porque existen pocos casos, pero si empiezan a surgir más, Dios no lo quiera, no se está preparado. Para estarlo, deberían hacer todo lo que han quitado mañana, tarde y noche… y no se está viendo que sea así”, explica Mari Nieves, técnico de Anatomía Patológica.

“Me parece muy fuerte que nos traigan una enfermedad que en España no teníamos, sin tener ni las vacunas, ni los medicamentos, ni los materiales necesarios para no contagiar a otras personas”, resalta Elsa de la Plataforma de afectados por la Hepatitis C.

Organización
“En mi opinión, debería haber estado todo bien preparado antes de haber traído a estos dos españoles procedentes de África. Se debería haber ensayado y dedicarle más tiempo como dicen que se ha hecho en otros países, incluso en África. Ha habido un error”, argumenta Margarita.

Los sanitarios acusan a las administraciones de dejares vendidos ante una enfermedad desconocida y unos protocolos insuficientes para muchos, e inexistentes para otros. “El que esté escrito y colgado en una intranet no significa que todo el personal lo sepa. Esos protocolos se han cambiado de forma acelerada… y cuando uno hace cambios con esta celeridad y sin que haya una comunicación previa al personal sanitario no se funciona bien, por lo tanto cuando oigo hablar de protocolo me quedo igual. Además, no sólo es un protocolo, es tener las personas entrenadas”, afirma Rosa, enfermera del Hospital Universitario Príncipe de Asturias.

Son varios los profesionales de centros sanitarios que han denunciado la escasez de recursos materiales. “Por mucho que digan que existe protocolo, no había y el personal no está preparado. En la Paz se está atendiendo al personal poniendo biombos con sábanas”, relata Ana.

“Para no sentir miedo, hay que tener todo muy bien puesto encima de la mesa, bien documentado, y sobre todo proporcionar cursos específicos… Pero a la gente no les sirve con un curso de media hora que es lo que se está dando a los empleados: si sólo ponerse el traje supone 40 minutos, es decir ni siquiera han dado la clase completa práctica”, puntualiza Mari Nieves.

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