GEMA ROMERO.- La vuelta a las prácticas clínicas de los estudiantes de Ciencias de la Salud de la Comunidad de Madrid, incluyendo los de Enfermería, estaba prevista para hoy, 1 de septiembre, siempre que la situación epidemiológica de los centros lo permitiese. Sin embargo, en la tarde de ayer las universidades madrileñas recibían un escueto comunicado, por correo electrónico, retrasando el inicio de las prácticas presenciales, sin fecha prevista para su vuelta.
En la comunicación, que firma Teresa Chavarría, directora general de Investigación, Docencia y Documentación de la Consejería de Sanidad, lo único que se establece es que “tras consulta con la Dirección General de Salud Pública, y analizada la situación epidemiológica actual, os damos traslado de su recomendación y en consecuencia la decisión adoptada de tener que retrasar el inicio de las prácticas presenciales en los centros sanitarios de la Comunidad de Madrid”.
Asimismo, se añade que “se mantiene el seguimiento continuo de la situación epidemiológica y asistencial, y se está trabajando en definir actuaciones coordinadas para que el inicio de las prácticas pueda realizarse de manera segura en las próximas semanas y en todo caso lo antes posible”, pero sin especificar ningún tipo de fecha para el inicio de las prácticas.
La noticia ha caído como un jarro de agua fría en la comunidad universitaria que ha estado trabajando intensamente durante todo el verano con la programación del nuevo curso académico. Para Eva García Perea, directora del Departamento de Enfermería de la Universidad Autónoma de Madrid, quien ha reclamado de forma muy activa la vuelta a las prácticas de los estudiantes, esta decisión resulta totalmente incongruente. “Ahora mismo los alumnos están más seguros realizando las prácticas que acudiendo a la universidad a las clases. Allí van a tener mascarillas, van a tener EPIs, van a estar protegidos y tutelados individualmente, ¿realmente van a estar más desprotegidos que 400 estudiantes viniendo cada día a las clases a la universidad, y eso que hemos bajado las ratios?”, se pregunta García Perea.
Toda esta situación es incomprensible cuando -tal y como recuerda la también representante de la Comisión Interterritorial de Decanos de la Comunidad de Madrid- “en los momentos más duros de la pandemia se reclutó a estudiantes, se les llamó a trabajar cuando estábamos en la peor situación epidemiológica posible, pero ahora no se pueden incorporar a las prácticas”. Algo que no se entiende, porque nadie da una explicación ni se tiene en cuenta a la comunidad universitaria para adoptar las decisiones.
“Ahora mismo la Atención Primaria está sosteniendo la pandemia de forma ejemplar con una sobrecarga de trabajo increíble. Ofrecimos a los estudiantes, que se les considerase un recurso y no un problema. Si se incorporan pueden ser rastreadores, pueden hacer seguimiento telefónico, pueden servir de apoyo a los profesionales”, subraya García Perea. Algo que la administración madrileña no ha tenido en cuenta.
Prácticas vitales
El grado de Enfermería es eminentemente práctico, en la Universidad Autónoma, por ejemplo, el plan de estudios fija 84 créditos ECTS prácticos, de los que 48 se cursan en cuarto curso, lo que supone que estos alumnos deben realizar 1.440 horas de prácticas en este año académico 2020-2021 (1 crédito son 30 horas). Es más, como explica García Perea, “este año el calendario de prácticas está más apretado para que los estudiantes puedan cumplir con el número de horas que exige la Unión Europea y puedan graduarse, por las que no pudieron completar el curso anterior. Si la situación se alarga en el tiempo, y no pueden realizar las prácticas no podrán graduarse el año que viene, pero no sólo afecta a los alumnos de cuarto, se nos están bloqueando todos los cursos porque se van atrasando las prácticas de los estudiantes de todos los cursos”.
Para García Perea el problema traspasa el ámbito universitario. “Los primeros afectados son los propios estudiantes. Nosotros formamos profesionales sanitarios, porque tenemos un compromiso con la sociedad, por lo que va en detrimento de toda la sociedad, de la población madrileña. El verano que viene los hospitales madrileños, en los meses de julio y agosto cuando pidan enfermeras, aquí no las vamos a tener. Esta medida nos ha dejado muy alarmados y preocupados, porque la sociedad necesita enfermeras y enfermeros, unos profesionales que ahora mismo ya faltan. Se ha visto que somos una necesidad básica y esencial. Me preocupan mucho los estudiantes, los profesores, pero sobre todo la sociedad, nuestros pacientes”, explica.
Y es que en una titulación como Enfermería, las prácticas son fundamentales. Para Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería, “el conocimiento de la práctica asistencial de forma directa, tutelado por enfermeras, es clave para el buen desarrollo formativo de las profesionales. Los conocimientos teóricos hay que aplicarlos al ámbito práctico y por ello las prácticas clínicas son esenciales, para comprobar un buen desempeño clínico y asistencial de lo adquirido en la teoría, y esto solo se puede adquirir y comprobar en las prácticas clínicas”.
Si finalmente no pueden realizarlas, entre 600 y 800 estudiantes de Enfermería no podrán graduarse el curso que está a punto de comenzar.