ÁNGEL M. GREGORIS.- Esguinces de tobillo, de muñeca, de rodilla, roturas fibrilares de gemelos, de cuádriceps… son algunas lesiones que pueden complicar la rutina habitual de cualquiera y trastocan, incluso, la vida diaria y laboral de los afectados. Saber qué vendaje utilizar y cómo colocarlo es imprescindible para conseguir una pronta recuperación. Más allá de los convencionales, el funcional y neuromuscular brindan la oportunidad de continuar con la vida cotidiana mucho más temprano. “El vendaje funcional, a grandes rasgos, limita el mecanismo de lesión, posibilitando que el resto de la articulación que se venda siga moviéndose de manera fisiológica. El neuromuscular, por otra parte, sirve de ayuda al vendaje funcional, tiene muchas funciones, pero la que más nos interesa es la de drenaje”, explica Juan Manuel Molina, enfermero del Hospital de Fuenlabrada (Madrid) y del servicio sanitario del Real Madrid.

Él junto al también enfermero Óscar Vega han creado el Manual de vendaje funcional y neuromuscular con el objetivo de desarrollar la formación de los profesionales en este ámbito. Para ambos, es imprescindible que sus compañeros conozcan este texto práctico centrado en mejorar la calidad de los cuidados.

“El manual surgió porque en el hospital llevamos unos años dando un curso sobre vendajes por regiones anatómicas y los alumnos estaban interesados en cómo tratar una lesión desde el momento inicial hasta su curación. En el Real Madrid nosotros hacemos actividad de partido, pero entre semana es el equipo de fisioterapia el que se encarga del tratamiento de las lesiones. Nos surgió la necesidad de continuar esa asistencia que iniciaban los fisioterapeutas y ante la falta de libros de enfermería sobre este tema creíamos que sería conveniente hacer un libro o manual dirigido al resto de compañeros”, afirma Molina.

Asimismo, Vega puntualiza que es necesario que se conozca porque estos vendajes permiten continuar a los pacientes con su vida cotidiana y laboral de una manera más temprana que otros vendajes. “Llevamos a cabo un estudio en el que utilizamos vendaje funcional en lugar del compresivo habitual y el grado de satisfacción fue enorme. Nos decían que les había permitido continuar con su vida laboral y los que podrían haber necesitado férula no necesitaron de un seguimiento posterior en la consulta de Traumatología, por lo que los traumatólogos también vieron que les disminuía la incidencia de pacientes en la consulta”, subraya.

Antes de realizar un vendaje, tal y como explican los dos enfermeros, hay que tener clara la lesión que tiene la articulación. “Hay que hacer una pequeña exploración para comprobarlo y luego ya dependiendo se hace el vendaje”, comentan.