Han pasado cinco años del COVID. María Luisa Domínguez, directora de Enfermería del Summa112, analiza cómo fue el abordaje de aquella emergencia sanitaria que si echamos la vista atrás pone los pelos de punta a todo el mundo, pero especialmente a los sanitarios que tuvieron que luchar contra ese virus que en 2020 paró nuestras vidas.

¿Qué tiene viene a la mente de aquellos momentos?

Miedo. Es una situación desconcertante. Estábamos viviendo algo que no había pasado nunca a esa escala. Lo vivimos con miedo e incertidumbre.

Durante mucho tiempo habíamos escuchado hablar de la temida pandemia que llegaría, pero nadie imaginó que fuese verdad

Así es, fue de verdad y fue muy duro en todos los ámbitos. A nivel de enfermería se sufrió mucho, pero sabíamos donde teníamos que estar y así se demostró.

En 2020 no ocupabas la dirección del Summa pero tuviste un papel importante coordinando una operación de vacunación a gran escala nunca vista en la historia, ¿cómo fue esa coordinación?

En ese momento el sistema sanitario estaba muy tensionado. Había muchos casos, mucha incertidumbre… las vacunas, ahora las tenemos con mucha facilidad, pero en ese momento vienen muy racionalizadas porque se estaban produciendo y aquello había que poner de forma rápida y eficaz. Eso conllevaba un trabajo en equipo brutal desde logística, comunicación… basándonos en indicaciones y procedimientos. Y todo esto mientras nuestra actividad asistencial que seguía en curso. Es decir, en el caso de Summa112 seguíamos en nuestras UVIs móviles, haciendo traslados, poniéndonos los EPIS… Entonces aquello fue duro, pero ahí empezamos a ver el germen de la palabra ilusión, de la palabra esperanza. Hicimos un gran esfuerzo porque sabíamos que era el único camino para poder llegar a resolver esto.

La gente reaccionó muy bien a la llamada a la vacunación, ¿cómo lo viviste tu?

Vi que la gente confiaba en el sistema de salud y que el sistema de salud confiaba en las enfermeras, apostaron por nosotras. Las enfermeras sabíamos que teníamos que coger el testigo para organizar, asegurar esa trazabilidad y que llegara el paciente. El paciente tenía ese mismo miedo, pero en nosotros encontró la solución a ese miedo. Creo que supimos transmitir esa esperanza e ilusión.

Aunque ha sido algo que muchas personas han eliminado de su cabeza, pero recordamos que había quien decía que saldríamos más fuerte de esto, que el sistema sanitario se reforzaría; y, sin embargo, las estadísticas muestran que las enfermeras están desmotivadas, las ratios son insuficientes, los profesionales están quemados incluso algunos hablan de falta de vocación o abandono de la profesión.  ¿Qué crees que ha pasado?

No se donde está el fallo. Hicimos algo muy importante, supimos solventar esa situación y fue un éxito. Sanitarizamos un estadio de fútbol, vacunábamos 8.000 brazos cada día… pero es cierto, que es como si aquello no hubiera pasado. No sé porque no hemos sabido continuar con ese camino.

Y, si viniese otra pandemia, ¿sabríamos cómo actuar?

Absolutamente de acuerdo. Pensemos que antes de la pandemia, el Summa 112 tenía su todo su personal formado en quitar y poner EPIs porque nuestro medio obliga a estar formado. De hecho, apostaron por esas enfermeras que lejos de lo que hacen habitualmente por su perfil profesional, tuvieron que dar ese paso. Sabremos hacerlo.

Si echamos la vista atrás, ¿cambiaríais algo de la actuación en la pandemia o de la estrategia de la vacunación?

Nosotros hacemos siempre los debriefing posterior a todas las actividades porque nuestra profesión crece así: viendo, analizando, evaluando y auditando para ejecutar posteriormente. Si tuviera que cambiar alguna cosa sería reforzar muchos puntos e incidir sobre todo en los medios. Con medios llegamos, sin medios no.