DAVID RUIPÉREZ.- La presidenta del Colegio de Enfermería de Teruel, Marian Roca, se ha enfrentado al coronavirus desde su trabaja en el Centro de Salud de Mora de Rubielos, que atiende a ocho poblaciones en la provincia aragonesa.
¿Cómo se ha vivido en Teruel la pandemia?, no hablamos de una gran ciudad como Madrid o Barcelona pero suponemos que habéis tenido que atender muchos casos.
En la zona donde yo me encuentro trabajando es muy cercana a Castellón y Valencia. Al principio tuvimos miedo los sanitarios porque nos venía gente de otras provincias, lo que nos hacía estar en una alerta continua. Podríamos estar un poco desubicados ante algo desconocido, pero no ha faltado material, las enfermeras gestoras de recursos humanos y materiales lo han organizado todo muy bien. Había stock en todos los sitios, quizá menso en las residencias, aunque en la que no eran públicas en algunas se ha encontrado material no declarado. Conforme han pasado las semanas todo ha ido a mejor, aunque quizá faltó algo de formación sobre el uso de los equipos de protección.
Aquí no ha faltado material”
¿Atendéis a una población muy envejecida, eso ha implicado extremar las precauciones?
Sin duda, el 70 por ciento de los pacientes es mayor de 75 años. Desde el principio todos los sanitarios de nuestro centro -médicos, enfermeras…- pedimos que hicieran bandos por parte de los ayuntamientos con las medidas higiénicas y en los que se pedía que contactaran con nosotros a través del teléfono para decidir si venían al centro o íbamos al domicilio a atenderlos, especialmente a esa población con enfermedades crónicas y muy envejecida. Los tenemos muy protegidos en sus casas y si tienen que venir al centro lo hacen con mascarilla. Está bien, es una publicación no sólo envejecida, sino también muy dispersa.
El 70% de nuestros pacientes tiene más de 75 años”
¿Han tenido los profesionales que hacer una labor de apoyo psicológico por el aislamiento y la soledad?
Ha sido obligatorio presentar una actitud de escucha activa. Los hijos están en otras provincias, preocupados y han contactado con nosotros para que les mantuviéramos informados, que no les mandáramos al hospital si no era necesario… ¡Por supuesto que no se manda a nadie al hospital de forma gratuita! En la zona ha habido algún foco, contagios y muertos por desgracia. Quizá comparativamente la dispersión geográfica y el aislamiento nos ha favorecido y también ha habido menos contagios en la profesión enfermera.
¿Habéis pasado miedo?
Una situación como esta genera estrés y favorece un estado de alerta y ese miedo nos hace tener más precaución, da igual en ámbito en el que esté trabajando. Los Colegios de Enfermería, las Juntas de Gobierno -y la nuestra como el resto- hemos estado en contacto permanente con las enfermeras y las direcciones de riesgos laborales. Se les han mandado formularios por si hiciera falta hacer denuncia a inspecciones de trabajo por si les faltaba algo y sólo ha habido dos consultas en este sentido. La percepción de los trabajadores es de preocupación, asustados porque se están dando muchas noticias en los medios, pero aquí no hay tanta necesidad de material como en otras partes, que es lo que más te puede preocupar como profesional. Por otra parte, tanto en Teruel como Alcañiz, que son las dos ciudades principales, se ha gestionado que los profesionales puedan hospedarse en un hotel temporalmente. También hay dos residencias para pacientes de COVID-19, unos contratados y otros voluntarios, que son estudiantes o de AP. Es de alabar y agradecer, de tener en consideración. Esta profesión está dando el 1000 por 1000.
El miedo también nos hace estar más alerta”
¿Corremos el riesgo de que la población se confíe y haya rebrotes?
Soy coordinadora de Enfermería en este centro de salud desde 1992 y a todos compañeros les hago hincapié de no bajar la guardia, el comportamiento social dentro del trabajo tiene que ser como en la calle. Somos una zona muy turística de Teruel, el temor es que la situación se se relaje, que llegue mucha gente. Hay que alargar estado de alarma, que esto no es ninguna fiesta. Les digo que hay que tomar cada acción en serio, pensar que cualquiera que tenemos enfrente puede ser un positivo. En los próximos quince días hay que tener mucho cuidado. Yo no he salido a la calle nada más que para ir a trabajar y estoy en una población de menos de 5.000 habitantes. Hay que poner de relieve lo importante que es ahora la educación para la salud. Resulta curioso que en este Año Internacional de la Enfermera nos estamos haciendo más visibles que nunca, aunque sea por esta razón.
Hay que pensar que cualquier persona que tenemos delante puede ser un positivo”