QUERALT CASTILLO CEREZUELA.- Naima Kalali tiene toda una vida a sus espaldas como matrona y profesora en el Instituto Superior de Profesiones Enfermeras y Técnicas de Salud (ISPITS) de Rabat. A sus 60 años, y recién retirada, mira hacia atrás y reflexiona sobre la profesión enfermera y los progresos en el ámbito de la salud materno-infantil en Marruecos, unas de las áreas de trabajo de Enfermeras Para el Mundo (EPM), contemplada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Según UNICEF (2007), en Marruecos, el embarazo y el parto son las principales causas de mortalidad en las mujeres de 15 a 49 años, en el área rural 26.000 niños/as mueren antes de cumplir el primer año y alrededor de 1.400 mujeres fallecen cada año por causas relacionas con el embarazo. EPM ha llevado a cabo proyectos con el objetivo de revertir esta situación y para contribuir al esfuerzo del Gobierno de Marruecos para reducir la mortalidad materna e infantil de acuerdo a la Estrategia Nacional de Salud 2008 – 2012.Naima Kalali

Naima hace balance de sus 40 años como profesional de la salud materno-infantil y destaca la evolución que ha vivido este ámbito. El balance es positivo: ha habido una toma real de conciencia de la importancia de las consultas durante la gestación, tanto a nivel de las madres, como de la sociedad en general. “En 2004 sólo un 67’8% de mujeres acudía a la consulta prenatal y en 2010 ya era el 80%, y los partos asistidos por un profesional cualificado han pasado del 63% en 2004 al 77,1% en 2011, aunque hay diferencias entre el medio urbano y el rural”.

“El 100% de las mujeres conoce, al menos, un método anticonceptivo”

La tradición de parir en casa continúa siendo una práctica muy habitual en las áreas rurales de Marruecos. La distancia hasta las estructuras de salud pública y la falta de transporte público, la deficiencia de las instalaciones y la poca confianza que la población tiene en los profesionales de salud, hacen que muchas mujeres opten por tener a sus bebés en casa, asistidas por parteras tradicionales. Esta práctica entraña grandes riesgos, por el gran número de complicaciones que pueden ocasionar la muerte del neonato o de la madre. “No es solamente una cuestión del Ministerio de Salud, sino de construir estrategias interdepartamentales. Por ejemplo, la construcción de carreteras para acceder a los centros sanitarios no es un tema de salud, pero está directamente relacionado”.

Para Naima, formadora en materia de salud sexual y reproductiva, la educación supone un arma fundamental para continuar avanzando. Como matrona y profesora de esta rama, siempre ha intentado inculcar a sus estudiantes “la importancia de ser conscientes de la salud de la madre y los neonatos. Mis alumnas, como fu-turas matronas, deben poder hacerse cargo de estas madres y saber de la problemática que conlleva el hecho de que una madre muera: cuando una madre muere, deja una familia huérfana, con niños, eso hay que tenerlo en cuenta”.

Formación

Para cambiar estas dinámicas y asegurarse de que la población entiende la necesidad de acudir a los centros de salud, es fundamental una buena educación en materia de salud sexual y reproductiva. EPM apoya las formaciones como las que lleva a cabo la Asociación Marroquí de Planificación Familiar (AMPF), que trabaja para mejorar el acceso a las medidas de planificación familiar y proporciona la información necesaria sobre el aborto, enfermedades de transmisión sexual o métodos anticonceptivos, entre otros.

Marruecos ha avanzado considerablemente, “actualmente, el 100% de las mujeres conoce, al menos, un método anticonceptivo, y por este motivo, las mujeres han pasado de tener de 7 a 8 hijos a tener 2 o 3”, asegura Naima.

“Ahora no hay ocasión que pase en que no se hable del concepto y los componentes de la salud sexual y reproductiva. Y además, se enfoca de manera global, teniendo en cuenta todos los factores: la mujer, el hombre, los hijos, la comunidad y la sociedad. Se habla de todo: de aborto, de métodos anticonceptivos e incluso de satisfacción sexual”. No se puede negar que Marruecos está experimentando un cambio de mentalidad respecto a este tema, asegura Naima.

Mujeres como Naima Kalali son las que han conducido y siguen luchando por la mejora de las condiciones sociosanitarias en Marruecos, desde la práctica en su trabajo como matrona y desde el ámbito teórico, contribuyendo a la formación de futuras enfermeras. Ya retirada y con su experiencia, Naima tiene fe en los avances en materia de salud de su país. Sabe que Marruecos está avanzando, porque lo ha visto durante sus años de trabajo, porque se lo ha inculcado a sus estudiantes y porque, en definitiva, han sido personas como ella las que han contribuido al cambio.