GEMA ROMERO.- “La apuesta por la Enfermería Comunitaria y su regulación ya no es una opción, es una obligación que se debe acometer con criterios como la eficiencia de las instituciones, el desarrollo profesional enfermero y lo que posiblemente sea más importante, el compromiso compartido de ofrecer la mejor calidad posible a personas, familias y comunidad”. Así de contundente se ha mostrado José Ramón Martínez-Riera, director de la cátedra de Enfermería Familiar y Comunitaria durante la entrega de sus primeros premios el pasado viernes en Alicante.

Para el también presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) el actual desarrollo de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria debe cambiar su planteamiento. Cambios que sólo “tendrán sentido si las personas, las familias y la comunidad pueden beneficiarse de la calidad de cuidados de las enfermeras comunitarias, especialistas o no, pero con una planificación que permita articular su aportación y la consiguiente ganancia en salud”.

En este sentido, Martínez-Riera, reclamaba “plazas específicas de la especialidad en las que se puedan incorporar las especialistas formadas en ellas”; donde se puedan “aplicar las evidencias científicas aportadas por investigadoras en enfermería comunitaria”, para que “la participación comunitaria y los entornos saludables dejen de ser anécdotas y se incorporen de manera real, transversal e intersectorial en las políticas estratégicas de ayuntamientos, organizaciones de la salud, organizaciones educativas, empresas, universidades… en cuya planificación, implementación, desarrollo y evaluación tanto pueden aportar las enfermeras comunitarias”.

Pero para ello, las enfermeras deben poder “acceder en igualdad de condiciones que cualquier otro profesional a puestos en los organigramas de administraciones e instituciones con capacidad para decidir y no tan solo para decir”, ha subrayado.

Así, desde la cátedra que dirige se ha comprometido a “seguir trabajando para apoyar, valorar, motivar, implicar a todos los agentes que intervenimos en el desarrollo de la Enfermería Comunitaria”. Algo en lo que, a su juicio, todos los implicados también deben comprometerse “cada cual con la responsabilidad que le corresponde”, ha señalado.

Premiados

La entrega de premios se inició con la conferencia de “La importancia de la investigación enfermera en cuidados” impartida por la enfermera y socióloga Carmen Domínguez Alcón.

El Premio al Mejor Trabajo Fin de Residencia fue otorgado al trabajo “La acción comunitaria a través de los espacios intersectoriales y su influencia en la salud”, de Gloria Antón, Alba Noriega y Carlos Miguel Sanz.

El Premio a la mejor Unidad Docente de Enfermería Familiar y Comunitaria lo obtuvieron exequo las Unidades Docentes de Asturias y Las Palmas Norte Sur de Canarias.

La beca a la mejor tesis doctoral fue obtenida por Andrea Rodríguez, por su trabajo titulado «Sexualidad en hombres y mujeres con lesión medular adquirida».

Por último se hizo un reconocimiento a la labor en Enfermería Familiar y Comunitaria al enfermero Enrique Oltra Rodríguez, presidente de la primera Comisión Nacional de la Especialidad, por su larga y meritoria trayectoria en favor de la Enfermería Comunitaria.

Al acto asistieron los consejeros de Sanidad de la Comunidad Valenciana y de Asturias, Ana Barceló y Francisco del Busto, respectivamente; el director del Servicio Canario de Salud, Conrado Domínguez; y Raquel Rodríguez, vicepresidenta III del Consejo General de Enfermería, entre otras personalidades.