GEMA ROMERO.- La carga mundial estimada de la enfermedad renal crónica atribuible a partículas finas, presentes en la contaminación ambiental, es de más de 10,7 millones de casos al año en todo el mundo. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio del Centro de Epidemiología Clínica de Saint Louis (Estados Unidos), presentado en la Semana del Riñón de la Sociedad Americana de Nefrología que se está celebrando en Nueva Orleans.
En la investigación, dirigida por Benjamin Bowe, utilizaron la metodología del estudio Global Burden of Disease para estimar la carga de enfermedad renal crónica atribuible a la contaminación del aire. Entre las medidas epidemiológicas incluyeron los años con enfermedad renal, los años de vida perdidos, así como la muerte prematura causada por la enfermedad.
Para Bowe, sus datos sugieren que la carga varía mucho según la geografía, con valores más altos en América Central y el sur de Asia. «La contaminación del aire podría explicar al menos parcialmente el aumento en la incidencia de la enfermedad renal crónica de origen desconocido en muchas geografías del mundo y el aumento de la nefropatía mesoamericana en México y América Central», sostiene.