ANA MUÑOZ.- Como si un grupo de actores entrara en tu salón y representara una obra de teatro priva-da para ti y tus diez amigos. Algo así es el Microteatro Por Dinero que lleva varios años triunfando en Madrid y que en estas fechas navideñas amplía su horario y su programa con más sesiones infantiles y con un concepto innovador: los “micromusicales”.
El microteatro es un formato teatral que consiste en “microobras” de entre diez y quince minutos, representadas simultáneamente en sesión continua y en diminutas estancias para menos de quince espectadores por pase. Por lo general, cada obra está representada por tres actores o me-nos. En palabras de sus creadores: “puede entenderse el microteatro frente al teatro más convencional como el cortometraje al largometraje o el cuento a la novela”.
Muy económico
Este formato mínimo, condensado, permite al espectador elegir tanto el tiempo que quiere pasar en el teatro como cuánto dinero quiere pagar, tomando como punto de partida el módico precio de 4 euros por obra. Cada obra se paga de forma individual sacando entradas en taquilla o a través de Internet, y a menudo se pueden comprar “packs” para ver más de una representación. Los espectadores pueden tomar algo mientras hacen tiempo en el bar del propio local y se les permite llevar consigo la bebida cuando comienza la obra.
En expansión
El formato nació de un experimento teatral llevado a cabo por varios artistas en un antiguo prostíbulo del centro de Madrid. A día de hoy, Micro-teatro por Dinero también tiene sedes en Barcelona, Valencia, Almería, Málaga y Sevilla.
Un éxito que tiene especial mérito teniendo en cuenta que esta nueva manera de hacer teatro nació en plena crisis económica.
Microteatro por Dinero es cercanía, intimidad, rapidez. Es un reto para los actores, que tienen que trabajar a sólo unos centímetros del público, y una manera de vivir el teatro en su pura esencia. Un lugar en el que los amantes de los espacios bohemios disfrutarán de una experiencia divertida, barata y, sobre todo, única. Territorio hípster, sí, pero no por ello me-nos atractivo para todos los públicos.