ÁNGEL M. GREGORIS.- El dolor crónico es aquel que persiste en el tiempo con más de seis meses de duración y que con tratamientos convencionales no acaba de desaparecer. Más de siete millones de españoles padecen alguna dolencia crónica y cada vez son más las voces que se alzan para concienciar a la población de que se puede tratar y de que no hay que resignarse.

“La enfermedad existe, pero se puede hacer mucho más con una actitud positiva y ocupando la mente con otros asuntos”, afirma José Ramón Cisneros, director del Instituto Mundipharma, que ha presentado junto a la Sociedad Española del Dolor el documental “Rebélate contra el dolor: un testimonio real”, en el que han participado rostros populares como Mayra Gómez Kemp, Pablo Carbonell, Sebastián Palomo Danko o Esmeralda Moya, contando su experiencia personal.

Actualmente hay 180 unidades de dolor en todo el país y desde el Instituto Mundipharma abogan porque siga creciendo este número y que “se engloben todos los tratamientos en estas unidades”.

“Investigamos, formamos a profesionales sanitarios y sensibilizados con campañas como esta para intentar evitar que, por ejemplo, las clases en las universidades españolas especializadas en dolor crónico no ocupen tan sólo 11,5 horas de media al año”, destaca Cisneros.

El actor y humorista Pablo Carbonell considera que el peor problema es el cultural, ya que “no tenemos por qué sufrir un dolor que no se ha diagnosticado y que no merecemos, hay que vivir activamente contra él”.

La presentadora del mítico programa ‘Un, dos, tres… responda otra vez’, Mayra Gómez Kemp, que ha superado un cáncer de lengua y otro de garganta en los últimos años, recalca que “cuando alguien vive con un dolor crónico y dice eso de no me puedo agachar, no es que no quiera, es que no puede”. “El dolor te puede cambiar el carácter, te puede cambiar la vida”, asevera Gómez Kemp.

Entre los profesionales que trabajan en las unidades de dolor destaca la enfermería, que “en muchísimas ocasiones y sin darse cuenta ayudan a los pacientes a sentirse mejor. “El enfermo se siente muy apoyado por los enfermeros, que realizan un papel de ayuda psicológica fundamental además de su propia labor asistencial”, subraya Cisneros.