D. RUIPÉREZ / A. ALMENDROS.- Juan Rosillo, aficionado a la cocina, estaba estudiando Enfermería cuando en su camino se cruzó la oportunidad de participar en Masterchef. Y no lo dudó, la experiencia cambiaría su vida durante algún tiempo. Su paso por el programa y todo lo que vendría después hizo que aún tardara un tiempo en terminar sus estudios como enfermero y que incluso una vez acabada la carrera empezara trabajando como cocinero. En las cocinas precisamente le pilló la pandemia y fue ahí cuando, sin dudar, hizo la maleta para irse a trabajar al Hospital Severo Ochoa de Madrid para ayudar en la lucha frente al coronavirus.
¿Por qué decides presentarte a Masterchef?
De siempre me ha gustado la cocina y cuando estaba en tercero del Grado a un compañero y a mí se nos ocurrió presentarnos al programa. Fui pasando rondas y al final acabé entrando en el programa.
¿Qué sabías de cocina antes de entrar?
Desde niño mi madre se vino a Madrid con mi hermana, yo me quedé en Sevilla con mi padre y él estaba todo el día trabajando fuera y, por la noche, solíamos comer fritos o cosas para salir del paso. Desde ese momento me planteé que quería aprender a comer bien o a comer mejor; y empecé a preguntar a mi madre y a mirar por internet diferentes recetas y llegué a la etapa universitaria sabiendo hacer algo más que pasta.
¿Cómo soportas la presión del programa?
El programa busca también eso, someter al concursante al máximo estrés posible y si metes la pata pues más jugo tiene para el programa. Tengo que reconocerte que me fui del programa con los mismos nervios del primer día. Cada programa que pasa te acostumbras un poco, pero en general se pasa mal entre el reloj, la presión, el jurado, las cámaras encima… Pero en general sólo tengo palabras de agradecimiento para este programa. Me aportó mucho y para mi fue una experiencia única e inolvidable. Y la cocina, a día de hoy, sigue formando parte de mi vida.
Estuviste en el extranjero un tiempo y cuando volviste decidiste trabajar en los fogones, ¿podríamos decir que elegiste la cocina por encima de la enfermería?
Sí, yo supe que cuando salí del programa que quería terminar mi carrera -también es cierto que mi madre me insistió mucho para que no lo dejara-, aunque reconozco que me costó retomarla, pero la terminé. Cuando acabé la carrera me apetecía salir de España para ver mundo fuera y estuve en Londres y en Amsterdan trabajando de lo que pude para aprender inglés. Y cuando volví a Sevilla me surgió la oportunidad de trabajar en un buen restaurante de la ciudad y estuve ahí de cocinero.
Justo después viene la emergencia sanitaria causada por el coronavirus y decides dejarlo y volver a la enfermería
Bueno, realmente empiezo en la enfermería. Cuando cerraron el restaurante por el tema del COVID estuve esperando a ver si me llamaban para trabajar de enfermero en Sevilla pero la situación en Andalucía no era tan crítica como lo era en Madrid en ese momento y finalmente viendo que la capital pedía enfermeros por todas parte decidí apuntarme y al día siguiente me llamaron, me asignaron un hospital y un hotel donde poder quedarme y me vine para acá.
¿Qué es lo más duro que has vivido en el hospital en los meses más álgidos de la pandemia?
Tengo la imagen de venir en el coche de camino a Madrid y venir “acojonado” porque nunca había trabajado de enfermero y por una parte pensaba que iba aportar más mal que bien al hospital. Pero tenia que intentarlo y quería aportar mi granito de arena. Recuerdo el primer día en el hospital cuando iba como pollo sin cabeza, pegándome a los compañeros para que me enseñaran en el poco tiempo que tenían para dedicarse a mi… Esos tres o cuatro primeros días los pasé bastante mal con ansiedad… pero al final me fui adaptando hasta el día de hoy. Ahora estoy en el servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid) y solo tengo palabras de agradecimiento a todos aquellos que me han dado la oportunidad de aprender y de que ahora yo pueda ayudar.
¿Cómo te ves en el futuro?
No sabría decirlo, porque igual que antes estuve de cocinero y ahora estoy de enfermero, la vida da muchas vueltas y soy una persona que le gusta hacer de todo en la vida, no creo que tenga un camino claro. A día de hoy puedo decir que estoy muy contento como enfermero y en cuanto a la cocina me sigue apasionando, pero me veo en mi trabajo con mi enfermero y la cocina para cocinar para los míos y seguir compartiendo buenos momentos alrededor de una mesa.