ALICIA ALMENDROS,.- La menstruación tiene lugar desde la pubertad hasta la menopausia y si buscamos su significado en un diccionario se define como «proceso fisiológico por el que las mujeres y las hembras de ciertas especies animales expulsan periódicamente por la vagina un óvulo maduro no fecundado con sangre y otras materias procedentes del útero». Pero ¿sabemos realmente qué es? Xusa Sanz, enfermera y educadora sanitaria, cree que no por eso decidió especializarse en salud hormonal.
“Especializarme en salud hormonal no fue premeditado. Un día empecé a pensar de qué manera, desde la enfermería y, con mis conocimientos en salud, podía aportar y generar conocimiento para mejorar la salud de las mujeres. Se me ocurrió que hablar del ciclo menstrual y todo lo que implica podría ser interesante. Fue una sorpresa para mi ver que era un tema que interesaba a las mujeres. Divulgar me llevó a que mi comunidad empezara a demandar asesoramiento en salud hormonal y, de ahí di el salto al autonomato y a gestionar mi propio proyecto y mi propia consulta”, resalta Sanz. Esta enfermera acabó su carrera en 2066, trabajó en muchos servicios diferentes, sobre todo en UCI y quirófano, pero también había pasado por servicios de Atención Primaria, emergencias, geriatría y maternidad. “Toda esa experiencia me ha proporcionado una visión global de cómo se trata a las mujeres y de cómo la perspectiva de género en salud es un tema que se debe mejorar”, añade.
Un signo vital
Detrás de esa menstruación hay muchos más que un posible embarazo. “La enfocamos a la reproducción y esto es un gran error. Si una mujer no quiere tener hijos, que no ovule, que tenga dolor, o incluso que no presente menstruación, no parece tan grave como si existe un deseo genésico”, resalta Sánchez. “Es un error porque detrás de una alteración hormonal puede haber problemas más graves como una anemia severa, celiaquía, etc que se podría haber detectado si se hubiera atendido al ciclo menstrual como lo que es, un signo vital”, afirma.
Existen muchos problemas asociados a la menstruación, los más frecuentes suelen ser: Síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), amenorrea secundaria, dolor menstrual por diversos motivos como la endometriosis, síndrome premenstrual severo y en general, por problemas de infertilidad, “pero muchas veces acuden mujeres que solo quieren entender su ciclo y necesitan esa parte más educativa que no saben dónde encontrar”, asegura la enfermera.
Desconocimiento
La endometriosis, por ejemplo, es una enfermera infradiagnosticada que se estima que puede afectar a casi 200 millones de mujeres en el mundo. Hay ocasiones que los restos de la menstruación no se expulsan adecuadamente y se liberan bien en las trompas de Falopio o bien en el interior de la pelvis, lo que provoca que el endometrio empiece a crecer sobre órganos distintos al útero formando una especie de parches de tejido endometrial. Este tejido se inserta y desarrolla en zonas periféricas como ovarios, intestino o vejiga, entre otros. El síndrome de ovarios poliquísticos, otro de los más comunes, ocurre cuando los ovarios o las glándulas suprarrenales femeninas producen más hormonas masculinas de lo normal y esto provoca el crecimiento de quistes -cavidades llenas de líquido- en los ovarios. “Ya sean estos dos u otros, la mayoría de estos problemas afectan a gran parte de la población femenina pero todavía son desconocidos”, comenta la enfermera.
Educación
Para acabar con el tabú de la menstruación “es necesaria la educación menstrual a todos los niveles. Empezando por las familias y las propias mujeres hasta los profesionales de la salud. Necesitamos urgentemente proyectos de visibilización y educativos para romper con el tabú y el estigma de que menstruar es algo sucio”, explica Sanz.
En esto las enfermeras tienen mucho que aportar: “son esenciales en el acompañamiento y en el empoderamiento de las mujeres a través de educación sanitarias. Nosotras somos las que estamos en primera línea de Atención Primaria. Podemos ofrecer información sobre el ciclo menstrual, identificar alteraciones, dar recursos, talleres, charlas… Somos fundamentales”, afirma.
La regla y el COVID
En los últimos meses han salido varios estudios que afirmaban que uno de los posibles efectos secundarios de las vacunas COVID eran los cambios de menstruación. “La pandemia nos ha puesto en jaque a muchos niveles, pero en este asunto ha quedado claro que se debe incluir esta variable en los estudios y que es algo que a las mujeres nos importa. No se puede afirmar con evidencia científica en la mano que la vacuna afecte al ciclo menstrual, pero si pensamos que el ciclo menstrual va a modificarse dependiendo de otros factores percibidos por el sistema nervioso, como puede ser cualquier tipo de estrés. Personalmente creo que es absurdo no pensar que la vacunación puede modificar las características del ciclo. Los motivos pueden ser varios, una distribución de la energía que es desviada al sistema inmune, una percepción de amenaza por nuestro cerebro que reduce el aporte energético al eje gonadal, etc”, argumenta la enfermera. La pandemia nos ha cambiado la dinámica y el ritmo de vida, “en algunos casos, mujeres con altos niveles de estrés, al llegar el confinamiento se han relajado y los ciclos se han visto mejorados y, todo lo contrario. En consulta tengo muchas mujeres que perdieron la menstruación al empezar la pandemia y otras que la recuperaron. De nuevo, debemos interpretar el ciclo menstrual como un signo vital”, prosigue.
La revolución de la menstruación
Además, Sanz ha escrito el libro La revolución de la menstruación en el que hace un recorrido sobre lo básicos que deberíamos conocer todas y todos sobre el ciclo menstrual. “Que es el ciclo menstrual, porque es importante que nuestro ciclo sea sano, como identificar si nuestro ciclo es saludable, la importancia de la ovulación más allá de la reproducción. En la segunda parte del libro hablo de las alteraciones frecuentes y de la importancia del estilo de vida en la salud hormonal (alimentación, ejercicio, sueño y descanso, gestión del estrés). Creo que es una información que deberían conocer las mujeres para poder tomar decisiones informadas sobre su salud hormonal”, finaliza la enfermera.