REDACCIÓN.- El tabaco y el cannabis son dos de las drogas más populares del mundo. Más de mil millones de personas en el mundo lo consumen. A pesar de los efectos adversos para la salud del tabaco, bien conocidos por todos, y las alteraciones en la función motora y en la memoria del cannabis, son muchas las personas que mezclan ambas sustancias, no sólo para ahorrar dinero sino también porque el tabaco puede aumentar la eficiencia de la inhalación de cannabis.
Sin embargo, un estudio reciente publicado en Frontiers in Psychiatry confirma que esta mezcla puede aumentar el riesgo de dependencia. “La dependencia se manifiesta de forma similar en ambas sustancias. El cannabis es menos adictivo que el tabaco, pero la mezcla de ambos disminuye la motivación para dejar de consumir ambas drogas”, explica el autor del estudio Chandni Hindocha, de la Unidad de Psicofarmacología Clínica de la Universidad de Londres.
Para la investigación se analizaron las respuestas de 33.687 consumidores de cannabis que participaron en la Encuesta anónimo de Drogas Global 2014, una encuesta digital elaborada como cada año en colaboración con numerosos medios de comunicación como: Die Zeit, The Guardian, la liberación y el Huffington post.
Los participantes procedían de más de 18 países de Europa, América del Norte y del Sur, Asia y Oceanía. El nuevo estudio es el primero en examinar la popularidad de los diferentes métodos de consumo de cannabis –denominadas vías de administración– en todo el mundo, según destacan los autores, señalando que éstas varían ampliamente entre los países.
Por ejemplo, los métodos de consumo de tabaco con el cannabis -porros, cigarros o pipas– son mucho más populares en Europa que en otras partes. Dependiendo del país, entre el 77,2 y el 90,9% de los consumidores de cannabis europeos emplea este tipo de consumo, mientras que sólo el 51,6% de Australia y el 20,7% de los consumidores de cannabis en Nueva Zelanda las emplean. Son menos populares en las Américas, utilizado por sólo el 16% de los candienses, el 4,4%de los de Estados Unidos, el 6,9% en México, y el 7,4% de los consumidores de cannabis brasileños.
Por el contrario, el uso de vaporizadores de marihuana, una vía de consumo sin tabaco, es bastante común en Canadá (13,2% de los consumidores de cannabis) y Estados Unidos (11,2%), pero rara en todas partes (entre el 0,2 y el 5,8%).
Es importante destacar que las preferencias por las vías de administración influyen fuertemente en la motivación para dejar de fumar y buscar ayuda profesional para hacerlo. En particular, los consumidores de cannabis que están a favor métodos que no contienen tabaco tuvieron un 61,5% más de probabilidades de querer ayuda profesional para tomar menos cannabis y un 80,6% más de probabilidades de solicitar ayuda para consumir menos tabaco, que los usuarios que prefieren su consumo con tabaco.
Del mismo modo, los consumidores de cannabis que optan por vías de administración sin tabaco tuvieron un 10,7% más de probabilidades de querer utilizar menos tabaco y un 103,9% más de probabilidades de planificar activamente la búsqueda de ayuda para consumir menos tabaco. Estos resultados sugieren que las personas que regularmente mezclan tabaco con cannabis están en mayor riesgo de dependencia psicológica que las personas que consumen cannabis y tabaco por separado, sin mezclarlos.
A nivel mundial, el porro es la vía de consumo de cannabis con tabaco más popular, con el 93,4% de los que las toman jungas y el 11,7% de los consumidores de cannabis por vías sin tabaco. Las vías no inhaladas, como pipas de agua o en la comida o la bebida, fueron poco frecuentes en todos los países analizados (2,4% de los consumidores de cannabis en todo el mundo).
Los hombres son más propensos (68,2% de los consumidores de cannabis masculinos encuestados) que las mujeres (63,8% de las consumidores de cannabis entrevistadas) a consumir ambos juntos. El tabaco y el cannabis también es más habitual que lo mezclen los más jóvenes (media de 26,2 años de media) que los usuarios de vías de administración sin tabaco (30,8 años). El 16,3% de los encuestados nunca había fumado tabaco de forma independiente del cannabis.